¿Hacia dónde vas, Guatemala?
Por Eduardo Mayora Alvarado
La respuesta al cuestionamiento que plantea el título de esta columna depende de los ciudadanos de este país. Más de los que son líderes que de los que son seguidores. Pero de todos un poco.
Si uno se pregunta sobre las actitudes de los principales grupos de ciudadanos creo que la respuesta es a la vez interesante y desesperanzadora. Creo que esos grupos pueden clasificarse entre el de los más bien “conservadores”, el de los más bien “liberales”, el de los más bien “socialdemócratas”, el de los “pragmáticos urbanos” y el de los “pragmáticos rurales”.
Sí que hay grupos de radicales, sobre todo de izquierda, que, si bien son capaces de obstaculizar y de complicar cualquier rumbo que pudiera darse a las grandes cuestiones y políticas públicas del Estado y su gobierno, no tienen fuerza, por sí solos, para llegar a imprimir rumbo alguno ni de marcar la pauta de la vida política del país.
Los más bien conservadores y los más bien liberales comparten una actitud de hastío con todo lo que huele a político y de falta de confianza en las intenciones, la capacidad de ejecución y la probidad de prácticamente todas las administraciones públicas. Sólo una persona que quisiera hacer el ridículo en esos círculos expresaría juicios o pareceres favorables sobre el Estado, lo gubernamental o lo político. De cara a estas elecciones, favorecerán —así pienso— las opciones que les convenzan de que, de ser electos, limitarían el ámbito de maniobra a los políticos, reducirían la intervención gubernamental en la economía y lucharían en contra de la corrupción, que perciben desenfrenada.
Los más bien socialdemócratas presentan una actitud de tolerancia hacia las circunstancias actuales. Como no establecen una relación directa entre ciertos aspectos de la vida nacional, como la criminalidad y la falta de seguridad que se viven, y las principales políticas públicas del actual gobierno, tampoco se sienten culpables de haber sustentado la presidencia de Colom ni retendrán su apoyo en septiembre para los candidatos de la UNE-GANA. Van tras más impuestos, más gobierno y más transferencias condicionadas.
Los pragmáticos, tanto del área rural como de la urbana, tienen un peso decisivo de cara a las próximas elecciones y su actitud es, naturalmente, de un cierto cinismo: a ver quién ofrece más de lo que les interese. No les interesan el medio ni el largo plazo, como tampoco eso que llaman ideología.
Ante ese cuadro, los riesgos de que se planteen una serie de propuestas simplistas, más bien populistas y carentes de fisonomía ideológica, son muy altos. En relación directa a esos riesgos están las probabilidades de que nuestro sistema político pierda todavía más legitimidad, interna y externa.
Ninguno de los partidos o sus líderes, sin embargo, tienen interés alguno por proponer una redefinición e intentar un relanzamiento de nuestras instituciones, por medio de una reforma constitucional. Y, sin embargo, en ausencia de una reforma que rescate al casi colapsado sistema de justicia y ensanche los ámbitos de libertad individual, en general, es casi seguro que fracasará sea quien sea el que gane.
Quién llora a Bin Laden Por Edurne Uriarte ABC «MÁS romería que santuario» titulaba el sábado Mikel Ayestarán, enviado especial de este periódico,
Quién llora a Bin Laden
Por Edurne Uriarte
«MÁS romería que santuario» titulaba el sábado Mikel Ayestarán, enviado especial de este periódico, sus fotografías y reportaje sobre las reacciones a la muerte de Bin Laden en Abbotabad. Apenas unos cientos de manifestantes y muchos vendedores de helados y frutos secos. Significativa estampa de las tibias reacciones del islamismo radical que ratifica lo que ya decían las encuestas desde hace mucho tiempo. Que el apoyo a Bin Laden y el terrorismo islamista en los países musulmanes ha descendido notablemente desde que tal apoyo comenzó a medirse, en 2002. Lo que pone de relieve tanto la falacia de algunas críticas a la guerra contra el terrorismo como la interesada mezcla de musulmanes demócratas y radicales que hicieron algunos.
La Pew Research Center publicó el pasado lunes un adelanto de su última encuesta (realizada entre marzo y abril) sobre el apoyo a Bin Laden y al terrorismo de Al Qaida en los países musulmanes. Confirmaba la línea descendente de ese apoyo que las encuestas de la Pew han constatado desde 2002, tanto en lo que concierne al propio Bin Laden como al terrorismo suicida. Con descensos de hasta 43 puntos porcentuales en Jordania, 38 en Palestina o 33 en Indonesia.
Y, sin embargo, los críticos de la guerra contra el terrorismo o del uso de medios militares para combatir a Al Qaida habían predicho que tal guerra aumentaría el apoyo a los terroristas y empeoraría el problema del terrorismo. Es la tesis que los mismos aplican habitualmente a toda respuesta militar o policial al terrorismo. Pero ha ocurrido justamente lo contrario, y no desde que asumió Obama el poder, sino desde bastante antes. En buena medida, porque las principales víctimas de Bin Laden han sido los propios musulmanes. Y porque la guerra contra Al Qaida ha permitido vislumbrar una alternativa a la amenaza de Bin Laden. A lo que se han sumado las revoluciones árabes y la emergencia de sectores liberales silenciosos hasta ahora.
La crítica anterior se acompañaba de una interesada confusión de radicales con el conjunto de los musulmanes que sostenía, a su vez, la teoría de la Alianza de Civilizaciones como alternativa a la guerra contra el terrorismo. Pero las encuestas de la Pew como las débiles manifestaciones por Bin Laden muestran que el radicalismo violento está lejos del tercio de la población en la mayoría de los países musulmanes, con la excepción de Palestina, Nigeria y Líbano, este último en apoyo a Hizbolá. O que la gran mayoría de musulmanes no necesita que le aclaren que es Al Qaida el objetivo de la lucha antiterrorista, sino que tal lucha sea eficaz.
¿Estábamos mejor cuando estábamos peor?
JP Roiz
Quince años atrás. Regresemos a 1996, al México en el que vivíamos. La economía del país empezaba a recuperarse después de una crisis devastadora. Hoy, los protagonistas detrás de esas crisis económica con hondas raíces políticas, como Carlos Salinas de Gortari, siguen alegando de quién fue la culpa, practican el deporte favorito de los políticos y funcionarios incompetentes que es el “deslinde de responsabilidades”.
En realidad los famosos “deslindes” funcionan como mecanismos de reparto de responsabilidades mediante los cuales cada quien lucha por reducir al mínimo sus responsabilidades. Dicho coloquial y rudimentariamente: “Yo no fui, fue Teté”.
Dejemos que los politiquillos destiles sus amarguras y reconcomios entre ellos, lo que a los demás nos interesa es dilucidar: ¿Estábamos entonces mejor que ahora?
No, según todos los indicadores. Teníamos menos libertades, el imperio de la ley era aún más precario que hoy; incluso zonas del país, como Ciudad Juárez o gran parte de Tamaulipas, que hoy se nos dibujan como un infierno, ya lo eran desde entonces, infiernos, si bien las causas inmediatas de la inseguridad, de la violencia, de los abusos e incompetencias de las autoridades locales, diferían en apariencia de las actuales. Y en el frente económico las cosas eran notablemente peores que hoy: inflación, debilidad extrema de la moneda mexicana (lo que se traduce en menos poder de compra para la mayoría de los mexicanos), abultada deuda externa, endeudamiento, instituciones financieras en vilo o, en el mejor de los casos, apenas convalecientes, un horizonte en el cual parecía impasible comprar a crédito una vivienda, ahorrar para la educación universitaria de los hijos, acumular recursos para tener un retiro llevadero al final de una vida de trabajo.
Tampoco era México, como país, un oasis de tranquilidad y seguridad en medio de un planeta inseguro. No, por el contrario. Recuerdo a mediados de 1995 los alarmistas consejos por escrito que recibimos todos los viajeros de un vuelo Detroit-México por parte de la línea aérea: Nos advertían amablemente que al país que llegaríamos, México, no tenía garantías judiciales como las que se acostumbran en cualquier pueblo rabón de los Estados Unidos, que menudeaban los asaltos y secuestros a turistas, así como los pequeños timos y fraudes en comercios y que había zonas del país, como Guerrero o Chiapas, en las que resultaba temerario aventurarse más allá de las zonas hoteleras de cinco estrellas o recurrir a los servicios de guías no autorizados, que podían ser vulgares timadores o incluso bandoleros despiadados con sus víctimas.
Por todo esto, no entiendo la desmemoria o la demencia de quienes nos quieren persuadir que entonces, cuando a ojos vistas “estábamos peor”, en realidad “estábamos mejor”. Pero así están las cosas. Basta leer la mayoría de los periódicos de hoy domingo.
Algunos políticos de la vieja escuela, del PRI por supuesto, argumentan en privado y con aires doctorales, que estamos viviendo una larga “cruda” después de una corta pero eufórica borrachera de democracia. El argumento se adereza con anécdotas que van de los disparates verbales que habría proferido Vicente Fox a las exhibiciones públicas de estulticia y cuasi barbarie que hacen personajes como Fernández Noroña. Esas cosas, se nos dice, no pasaban con los gobiernos del PRI. Los Presidentes hablaban muy bonito (“una mano se tiende” decía Gustavo Díaz Ordaz mientras perseguían con saña a todo joven con facha de “estudiante subversivo”) porque eran cultos o, cuando menos, tenían un ejército de asesores que sí sabían hacer su trabajo. Los bufones estaban confinados al Circo Unión o a las carpas y no aparecían en la Cámara de Diputados. Y muchas comparaciones más, inexactas, coloreadas con nostalgia por los “buenos tiempos” del presidencialismo y el orden impuesto desde el trono…Mentiras mondas y lirondas o mentirijillas de esas que se inventan los viejos para poder dormir más o menos tranquilos.
Más allá de estas argumentaciones de café y sobremesa bañada en “digestivos”, persiste la idea corrosiva de que la democracia no sirve, o que al menos no sirve para pueblos como México, que requieren de mano firme, paternalismo, simulación. ¡Cómo no recordar al oír estos alegatos aquella durísima frase que Francisco Bulnes atribuía a Porfirio Díaz, y en la que el dictador describía a los mexicanos como dados a la holganza, a tener muchos hijos, a dormir la siesta y a conseguirse un puestito en el gobierno que les permitiese sobrevivir sin esfuerzos!
¿Cuál es, en realidad y más allá de la retórica, la correlación entre democracia y bienestar económico?
Las investigaciones serias no son concluyentes. Hay países como la India con varias décadas de una pujante democracia que aparentemente jamás se tradujeron en bienestar económico para las mayorías que siguieron viviendo en una lacerante miseria. Otros, dictatoriales pero eficientes para generar un despegue económico más o menos espectacular: Taiwan y la mayoría de los “tigres” asiáticos, Chile bajo la dictadura de Pinochet, México bajo la dictadura de Porfirio Díaz y, obviamente, la China actual.
Pero también sería incorrecto olvidar dictaduras estrechamente correlacionadas con la miseria y el atraso económico de los pueblos que las padecieron o las padecen: la Unión Soviética de Stalin, la China de Mao y su demencial “salto hacia delante”, Cuba hoy con los ancianos hermanitos Castro, Venezuela empobreciéndose a pasos agigantados bajo la férula del tal Hugo Chávez…
Como se ve, por este breve y desordenado repaso, no hay una correlación clara, una relación causa-efecto robusta e inexorable, entre democracia y bienestar económico. Esto en apariencia podría darle la razón al sibilino argumento priísta de que nuestro actual malestar (o al menos ese malestar – “oh, sí, estamos hasta la madre”-, que todos los días se nos vende en los medios de comunicación como expresión del sentimiento de la sociedad) no es más que la dolorosa “cruda” o resaca de nuestra embriaguez de democracia. Pero no es así. Sigue siendo una conseja estúpida nutrida por la ambición de quienes añoran un estado de cosas en el que hacían y deshacían a placer sin dar cuentas a nadie.
Veamos: no sólo hoy somos más libres que hace 15 años (hoy cualquier tipo puede buscar sus 15 minutos de fama local echando denuestos contra el Presidente y en lugar de recibir recriminaciones o represalias, recibe una “ráfaga de invitaciones” como decía jocosamente Gabriel Zaid; invitaciones a ser entrevistado en un programa de radio, invitaciones a presidir una marcha, invitaciones a ser “candidato” a tal o cual puesto…), hoy tenemos una mayor libertad de elección cotidiana en los mercados; tenemos una democracia viva, llena de imperfecciones y molestias, pero real y palpitante. Y al mismo tiempo vivimos mejor: la inflación está controlada, no nos amenaza ninguna crisis de balanza de pagos (a pesar de que los viejitos de La Jornada, como Carlos Fernández Vega, sigan invocándolas un día sí y otro también, anclados como están en el pasado remoto), hay créditos accesibles para comprar una vivienda de interés social o de interés medio, que se contratan a 20 o hasta 30 años, en pesos y con tasas fijas, el parque de electrodomésticos que hacen la vida más llevadera en los hogares ha crecido espectacularmente y llega a casi todos (hace 15 años había familias de “clase media” en la ciudad de México que no tenían para comprar un refrigerador), contamos con tal caudal de información instantánea y oportuna que muchas veces no lo podemos procesar inteligentemente, hay una efectiva y real división de poderes, se les puede ganar en un tribunal a los otrora magnates intocables, y los magnates se pelean entre sí en público para delicia de las galerías…
No, desde luego que no estamos hoy en el paraíso. Pero me parece idiota que nos empeñamos en sabotear lo que en los últimos años hemos logrado.
La única marcha “ciudadana” a la que me gustaría concurrir sería que no se apartase del lema: “No más mentiras. No más jaladas".
¿Gandhi de pacotilla?
JP Roiz
¿Gandhi de pacotilla?
Sería una pena, de veras, que un poeta prometedor como Javier Sicilia terminase como un mal remedo de Gandhi, un “santón” bondadoso cargado con un arsenal de frases hermosas y motivadoras que se transforma en el tonto útil a la politiquería taimada y sibilina de los rencorosos de siempre.
Pocas pérdidas tan dolorosas como la de un hijo joven arrebatado por “un hachazo invisible y homicida” (Miguel Hernández, en la elegía a Ramón Sijé). Ese dolor es inconmensurable y no se aviene con ese frívolo tratamiento que por norma los medios de comunicación le dan a la mercancía que llaman “noticia”.
La banalización del dolor que es enterrado por la fascinación de micrófonos y reflectores, por esa celebridad instantánea y efímera que embriaga sin remedio a quienes sucumben a ella. La borrachera de tales celebridades dura apenas meses pero la vergüenza se queda para toda la vida.
Sicilia tiene algunos poemas buenos, por ejemplo el poema “Abierto” en el libro “Tríptico del desierto”, que obtuvo el Premio de Poesía Aguascalientes 2009. Cito unos versos de tal poema que me parecen genuinos hallazgos poéticos:
O quizás ese sea nuestro sitio,
el lugar de lo eterno que nos corresponde:
contemplar y sentir el infinito arropado en la carne,
en ese mutuo darse el uno al otro,
mientras la lenta fuga hacia lo Abierto nos permite habitar la duración,
ese ya, pero aún no
que los amantes viven al rozarse la piel;
esa eterna presencia
que nos hace presentes en el tiempo inasible
como una tenue grieta
en la alba porcelana de lo Abierto.
¿Qué tiene que ver el autor de estas palabras con el sujeto atolondrado, disfrazado de corresponsal de guerra en país tropical, que el domingo pasado resumió su lucha en una exigencia disparatada e inútil: “Que renuncie García Luna, para que el Presidente Calderón nos de una señal de que nos ha escuchado”?
Nada, nada que ver.
Hasta la formulación de la exigencia exhibe cierto analfabetismo: si se quiere la renuncia de García Luna, pídansela a García Luna no a su jefe. Los jefes no renuncian a sus subordinados, los cesan o entregan su cabeza en una bandeja a quienes los extorsionan, como terminó haciendo Herodes con la cabeza de Juan el Bautista ante la exigencia de esa puta históricamente célebre que fue Herodías.
Un poeta que se precie no exhibe tal ignorancia semántica, sabe que renunciar es verbo intransitivo (cuya acción recae en el propio sujeto que la ejecuta) y no es lo mismo que despedir o cesar, verbos que sí son transitivos. Pero ese analfabetismo, en cambio, tiene el sello inconfundible de los artesanos del lenguaje simulado y tramposo que pululan en la retro-progresía, Sicilia ¿se volvió su vocero involuntario?
Lo que yo llamo un Gandhi de pacotilla suele ser el pacifista bobalicón que termina al servicio de las peores causas. Predica la resistencia civil contra la opresión, pero la transforma en cómoda coartada de vividor (“la ley es para los demás, no para seres de excepción como yo”), dice poner la otra mejilla ante las agresiones pero es incapaz de cumplir con las más elementales normas de convivencia respetuosa (“no estoy invadiendo tu casa, estoy rescatando este espacio para el pueblo bueno”), censura con acritud la supuesta violencia de las autoridades legales, pero derrama bendiciones candorosas encima de los delincuentes (“ellos, los delincuentes, también son víctimas de esta obsesión guerrera de los autoritarios en el poder”).
De veras, sería una pena que Sicilia, prometedor poeta en algún momento, terminase como un Gandhi de pacotilla más. Acaso, ¿ya lo perdimos?
La mejor manera de vengarse de un enemigo es no parecérsele.
La mejor manera de vengarse de un enemigo es no parecérsele.
Marco Aurelio
Obama festeja. Estados Unidos festeja. No son los únicos. Las heridas dejadas por el fanatismo encabezado por Bin Laden van de Madrid o Londres a Filipinas. Familiares y amigos de las miles de víctimas, nada más de las Torres Gemelas, festejan. La muerte del terrorista se mira hoy como justa reivindicación y triunfo sobre el mal. Su organización criminal se debilita. Difícil encontrar de nuevo la letal combinación de inteligencia, perversidad y recursos. Pero hay algo en el episodio que amarga. Comencemos por el vergonzoso fracaso.
Una de las características esenciales del "proceso civilizatorio" -expresión de Norbert Elias- es la eliminación de la acción directa, imponer intermediación. Desde un incidente de tránsito o un conflicto conyugal hasta la relación entre los Estados nación. Para eso se crearon Naciones Unidas, para eso existe la Corte Internacional de Justicia y ahora la Corte Penal Internacional, grandes creaciones civilizatorias. Durante una década el mundo fue incapaz de detener al autor intelectual confeso de múltiples atentados terroristas responsables de miles de víctimas. Todas las instituciones mostraron su brutal impotencia para lograr la detección, captura y la aplicación de un debido proceso a Bin Laden de acuerdo con las normas internacionales. Sólo a partir de ese estrepitoso fracaso es que se puede entender -que no aceptar- la acción en solitario de Estados Unidos que viola múltiples ordenamientos. La fallida cooperación entre los Estados, incluido Pakistán, para arrinconar a Bin Laden desnuda la dificultad interna para imponer las acciones persecutorias. Pero también refleja la aceptación y casi popularidad entre algunos sectores -minoritarios pero muy activos- de su movimiento. Si atrapar a Bin Laden y a la dirigencia de Al Qaeda hubiera sido un buen negocio político, los gobiernos se hubieran aplicado. No fue así.
La primera potencia militar se tardó 10 años en dar con su objetivo: un hombre. Estuvo acompañada de una alianza de los mejores ejércitos y sistemas de inteligencia. Los mejores equipos del mundo fueron impotentes frente al enemigo número uno de Occidente. Qué bueno que dieron con él, más vale tarde que nunca. Pero el capítulo también registra la terrible vulnerabilidad del mundo contemporáneo. Un individuo, una sola organización ha sido capaz de mantener en jaque al mundo. Ésa es una mala noticia que está detrás de la fiesta. Pensemos en guerras pasadas. Para romper un equilibrio mundial se necesitaba un gran poderío bélico. En las guerras mundiales del siglo XX fueron grandes ejércitos los que sacudieron a la humanidad. Eso ya es pasado. El mundo contemporáneo es de una fragilidad espeluznante. Un litro de un arma bacteriológica puede matar a decenas de millones.
Pero hay más, las consecuencias del terrorismo están instaladas en nuestra vida cotidiana. En eso Bin Laden sigue vivo. Imaginemos todas las horas de vida y recursos que se pierden por los sistemas de seguridad en, por ejemplo, los transportes aéreos. Bin Laden está muerto, pero el ejemplo del uso de los instrumentos de la modernidad para generar terror y muerte sigue allí. Para un fanático convencido de dar su vida por una causa, la modernidad es un excelente escenario. Un avión se convierte en una bomba, un barco en una trampa, un celular en un detonador. Hoy grupúsculos que hace un siglo no hubieran sido una amenaza lo son. Aparece una correlación entre el sorprendente desarrollo de las tecnologías y la potencialización del peligro en manos de cualquiera. Esa cara de la modernidad no es esperanzadora.
¿Qué hacer? ¿Inhibir el uso de las tecnologías? Imposible e indeseable. Además la aparición de mentes perversas escapa a cualquier control. Un Hitler o un Bin Laden siempre existirán en potencia. Nada que hacer. Pero sobre lo que sí se puede trabajar es sobre el odio. Bin Laden era una inteligencia perversa, eso se lo dio la naturaleza. Pero el odio hacia Occidente no: "Es vuestro castigo por Irak y Afganistán..., la manera de devolveros vuestra mercancía", ésa fue su sentencia sobre septiembre 11. La cultura del odio existe y es un excelente caldo de cultivo para las mentes perversas, que siempre las habrá. La ejecución de Bin Laden no ayuda a disminuir el odio, por el contrario. Ahora estamos a la espera de la venganza sobre la venganza.
Entiendo las limitaciones del caso, pero hubiera preferido ver a Bin Laden vivo, tras las rejas, sujeto a un proceso -como en Nuremberg o en el caso Hussein- escuchando razones, condenado, ejecutado si se quiere. Pero una ejecución sin proceso no es una buena noticia para el proceso civilizatorio. El ojo por ojo es un retroceso. Los rostros festivos de Nueva York de mayo del 2011 recuerdan la imagen de los rostros festivos de muchos musulmanes el 11 de septiembre del 2001. Seguimos siendo prisioneros del odio. Ésa es la derrota colectiva.
Aunque la mona se vista de seda…
Aunque la mona se vista de seda…
A pesar de las buenas nuevas esta semana sobre la muerte de Osama bin Laden, no todo es de color de rosa para el presidente Barack Obama — al menos a los ojos del pueblo americano.
La aprobación de su manejo de la economía alcanzó un mínimo histórico con solo el 34% de americanos dándolo por bueno, según una encuesta de CBS/New York Times.
¿Busca Ud. una razón que lo explique? Según el informe mensual de empleo del Departamento de Trabajo, el desempleo aumentó del 8.8% al 9% en abril. Y aunque la economía de Estados Unidos añadió 244,000 empleos, superando lo esperado la mala noticia es que el nivel de expectativas es tan bajo que incluso el aumento de la tasa de desempleo acompañado de un crecimiento decente de los empleos pueden parecer un rayo de esperanza en una economía con un futuro negro. O si quieren, echemos mano de aquel famoso y sabio refrán: “Aunque la mona se vista de seda, mona se queda”.
Hay otras nubes tormentosas en la imagen económica de América. Las nuevas solicitudes para cobrar el desempleo se dispararon a 474,000 la última semana, con un aumento de 43,000 según el informe del Departamento de Trabajo Ese es el punto más alto desde el pasado verano. Por cuarto mes consecutivo, la tasa de participación laboral siguió plana y los empleos son difíciles de encontrar. Mientras tanto, los precios de la gasolina superan los $4 por galón. Teniendo todo esto en cuenta, el pueblo americano presentía lo que las estadísticas mostrarían: la economía de Estados Unidos sigue a la deriva y el pueblo sabe perfectamente bien a quién culpar — al presidente Obama y su fracasada política de estímulo económico.
Hace justo poco más de dos años, el presidente lanzó su tan pregonado paquete de estímulo y dijo que su plan crearía 3.3 millones de empleos netos para 2010. No sucedió y sobre el pueblo americano se cierne una tasa de desempleo de alrededor del 9%, sin mencionar el costo de $787,000 millones del paquete de estímulo que ha sido mucho menos que estimulante. J.D. Foster, de Heritage, nos explica:
En el mejor de los casos, los intentos del estímulo basados en gasto gubernamental y reducciones de impuestos con poco o ningún incentivo no han hecho daño alguno. En el mejor de los casos. Es bastante posible que muchos de estos esfuerzos de los pasados dos años hayan retrasado la recuperación a la vez que han añadido cientos de miles de millones de dólares a la deuda nacional.
Ahora, América se encuentra con que le han endosado el costo y con los llamamientos del presidente para subir el límite de la deuda más allá de su actual techo de $14.3 billones — todo para que la fiesta del gasto continúe. En realidad, el gasto es el problema. Para pagarlo, el presidente ha propuesto aumentos de impuestos que solamente frenarán el crecimiento en el momento en que la economía está luchando por recuperarse. Curtis Dubay, de Heritage, escribe:
Estos enormes aumentos de impuestos ralentizarán el crecimiento económico porque transferirán recursos de manos productivas del sector privado a manos derrochadoras en el Congreso, elevarán los precios de la energía y reducirán los incentivos para trabajar, ahorrar e invertir.
En vez de ayudar a la economía a ponerse en pie eliminando las ataduras que impiden su crecimiento, el presidente Obama ha añadido más trabas para reducirlo más. Las regulaciones, la incertidumbre y la mala política fiscal están frenando el crecimiento y ahora —según se acerca Estados Unidos al límite de la deuda— se está arriesgando a más gasto encima y eso solo empeorará las cosas.
El pueblo americano sabe el problema real al que se debe el desastre económico. Es el gasto. Y toda la seda del mundo no logrará que la mona económica del presidente deje de ser… mona, como en el proverbial refrán.
La “Primavera Árabe”: Recomendaciones de la Fundación Heritage
La “Primavera Árabe” ha tenido en la diana a varios regímenes en Oriente Medio: Hosni Mubarak de Egipto ha renunciado, dejando el futuro de ese país en la incertidumbre; Bashar al-Assad de Siria y Alí Abdulá Salé de Yemen se aferran al poder; Muamar Gadafi de Libia ha prometido luchar hasta la muerte a pesar de que Estados Unidos y la OTAN han enfilado en su contra.
Estados Unidos necesita políticas más claras y prudentes diseñadas para hacer frente a la agitación en países específicos. La administración también debería elaborar una estrategia verdaderamente diseñada para proteger los intereses de Estados Unidos en un momento en el que un cambio mundial de proporciones históricas barre Oriente Medio. En la actualidad, el liderazgo de la Casa Blanca ha sido insuficiente en ambos aspectos. Aquí le presentamos las recomendaciones de la Fundación Heritage.
Siria: Hora de que la administración Obama apoye la libertad
Por James Phillips
http://www.libertad.org/siria-hora-de-que-la-administracion-obama-apoye-la-libertad/
El despiadado régimen del presidente sirio Bashar al-Assad está amenazado, merecidamente, por crecientes protestas organizadas por los sufridos sirios hartos de su durísima represión, evidente corrupción y rígido gobierno autócrata. Pero la administración Obama ha suavizado su crítica sobre la dictadura de Assad, deseosa de un “acercamiento” con el empecinado y hostil régimen a pesar de la sistemática represión de su propio pueblo.
La administración Obama debería dejar de lado ya sus vanas quimeras sobre los supuestos beneficios de tener buenas relaciones con el régimen depredador de Assad. También debería movilizar una mayor presión internacional sobre Damasco para que respete los derechos humanos de sus propios ciudadanos, deje de apoyar el terrorismo y pare su peligrosa complicidad nuclear con Irán y Corea del Norte.
Lo que el pasado enseña sobre revoluciones árabes
Por Marion Smith
http://www.libertad.org/lo-que-el-pasado-ensena-sobre-revoluciones-arabes/
La poco penetrante observación del presidente Obama del mes pasado sobre los manifestantes en Egipto queriendo “cambio” es obviamente correcta. Pero, a pesar del afecto del presidente por esta palabra, hay muy poca certeza de qué traerá el “cambio” y si éste será congruente con los principios e intereses americanos.
Es demasiado pronto para distinguir la naturaleza de la revolución de Egipto y qué tipo de gobierno saldrá a la luz finalmente. Lo mismo es también cierto para Túnez, Bahréin, Yemen y Libia. Mientras Estados Unidos responde a estos acontecimientos, es útil tomar en consideración cómo respondió América a las revoluciones en América Latina hace casi dos siglos atrás.
Yemen: Qué debe hacer el presidente Obama
Por James Phillips
http://www.libertad.org/yemen-que-debe-hacer-el-presidente-obama/
El presidente Obama no puede darse el lujo de centrarse en una crisis a la vez ya que el malestar y las transformaciones están extendiéndose en Oriente Medio y el norte de África. En especial, Estados Unidos no debe descuidar la crisis en curso que acaece en Yemen, un país que ha servido como base de operaciones para ataques terroristas contra Estados Unidos y sus aliados. Una dosis doble de diplomacia e implicación es vital en estos momentos para garantizar que Estados Unidos pueda seguir conduciendo efectivas operaciones de contraterrorismo en la región.
Salé ha sido un aliado reticente contra AQAP, a la cual ha percibido como una amenaza mucho menor para su poder que un movimiento secesionista en el sur o la rebelión huti en el norte de Yemen. Si lucha por conservar el poder, Yemen podría desintegrarse en la anarquía, lo que beneficiaría grandemente a AQAP y le permitiría trabajar con más libertad. Washington debería esforzarse por impedir que eso ocurra, promoviendo una transferencia pacífica del poder político y el establecimiento de un nuevo gobierno que podría ser un socio a largo plazo en la cooperación antiterrorista — o que podría al menos evitar el riesgo de que Yemen se convierta en un estado fallido que AQAP se pueda aprovechar.
Ayudar a Libia más que armar rebeldes
Por el Dr. James Carafano y James Phillips
http://www.libertad.org/ayudar-a-libia-mas-que-armar-rebeldes/
Washington se equivocó al centrarse, de forma miope, en la decisión de intervenir en Libia y establecer una zona de exclusión aérea. Mucho antes de que las operaciones empezaran, estaba clarísimo que estas operaciones no serían militarmente decisivas. La situación actual en el teatro de operaciones refleja ese hecho. Se requiere una estrategia más exhaustiva para lidiar con el régimen de Gadafi, llevar la libertad a Libia y hacer una contribución real, duradera, a la protección de los inocentes más que un alivio temporal de la situación a través de una intervención militar apresurada. Ahora, en vez de tratar con esos asuntos a largo plazo, Washington complica más el error al obsesionarse con otra decisión contingente: si se debería, o no, armar a la oposición.
Esta opción, en ausencia de un integral plan estratégico acerca de los pasos a dar en Libia, está mal concebida.
Las decisiones sobre el camino a seguir deberían tomarse en el contexto de la consecución de tres tareas clave: (1) mantener aislado a Gadafi hasta que sea llevado a la justicia; (2) establecer una presencia militar para impedir que sus fuerzas empujen a la oposición al mar; y (3) identificar, apoyar y sostener una oposición legítima que lleve la democracia al país (en lugar de dejarlo convertirse en el próximo refugio terrorista) y atender las necesidades humanitarias y derechos humanos de la gente bajo el control de la oposición.
Se debería animar a las naciones más cercanas al problema con la capacidad de llevar libertad, seguridad y estabilidad a Libia y que tengan interés en hacerlo para que hagan lo que más puedan en pro de la consecución de estos objetivos. Egipto, por ejemplo, podría armar, formar y suministrar lo necesario a las fuerzas militares de la oposición. Se debería promover que otros países de la Liga Árabe, aliados de la OTAN y amigos de la Unión Europea proporcionen respaldo financiero para la intervención, si no fuerzas militares.
No obstante, ningún programa de asistencia que sea coherente y constructivo tendrá lugar sin liderazgo eficaz. Esa es quizá la contribución más importante que Estados Unidos puede hacer. Desde luego, Estados Unidos no debería simplemente pasarle la verdadera labor de envergadura a la “comunidad internacional”.
Cinco pasos para enfrentarse a la crisis en Egipto y Oriente Medio
Por James Phillips y Dr. James Carafano
http://www.libertad.org/cinco-pasos-para-enfrentarse-a-la-crisis-en-egipto-y-oriente-medio/
Al ejercer firmemente el liderazgo americano ahora y seguir involucrado durante los meses venideros de forma apropiada, el presidente puede proteger tanto los intereses de Estados Unidos como la promoción de las oportunidades de libertad, seguridad y oportunidad económica en la región. Estas acciones probablemente servirían como aportación mucho más positiva que tratar de parecer relevantes en la lucha por el poder en las calles de El Cairo.
Hay mucho en juego
La Primavera Árabe es el evento político más grande que haya sucedido en Oriente Medio en siglos. Estados Unidos debería ser cuidadoso y jugar bien sus cartas, apoyando la causa de la libertad pero al mismo tiempo sin permitir que elementos extremistas, antioccidentales llenen cualquier vacío de poder. Hay demasiado en juego como para tomar las decisiones políticas equivocadas
Para salvar el Sueño Americano
Para salvar el Sueño Americano
Hoy me complace anunciarles que la Fundación Heritage ha publicado su exhaustivo programa integral de acción que fija un nuevo curso para el tamaño y alcance del gobierno federal. El nuevo informe, Para salvar el Sueño Americano: El plan de Heritage para solucionar la deuda, reducir el gasto y restaurar la prosperidad (versión en inglés y muy pronto en español, aquí en Libertad.org) plantea recomendaciones específicas para el Seguro Social, Medicare, Medicaid, seguros médicos, el código tributario y el gasto federal. Para salvar el Sueño Americano conceptualiza soluciones reales para frenar el potencial declive de América y a la vez fortalecer la economía para las generaciones de hoy y mañana.
Lo hacemos porque hemos llegado al momento de decidir en América. Durante demasiado tiempo. el Congreso está metido en una borrachera de gasto insostenible, de gravar al contribuyente y vivir de préstamos. Nuestra nación se dirige a la quiebra y estamos pasando los costos de esta equivocada política a nuestros hijos y a sus hijos.
Con el transcurrir del tiempo, nuestro gobierno nacional se ha abultado, sobreampliado y va sin freno, descuidando sus funciones principales, operando mucho más allá de sus medios y abrumadoramente fuera de sus límites constitucionales. Si no hacemos nada, el rumbo por el que vamos ahora arruinará nuestra economía, minará nuestra prosperidad y nos llevará a la insolvencia fiscal. Al robarnos el futuro de oportunidad y libertad, destruirá el Sueño Americano para las futuras generaciones.
De hecho, ya estamos viviendo la vergüenza de ser aleccionados públicamente por nuestros acreedores comunistas chinos que desprecian nuestro derroche. El día que se anunció que Standard and Poor’s había rebajado la perspectiva de nuestra economía, se oyó una exclamación de desasosiego colectivo en la comunidad internacional. Si nuestros líderes electos siguen en este plan, sin duda nos enfrentaremos a crisis financieras como las de Grecia y Portugal.
América está al borde de convertirse en un país en declive — estancado económicamente y permanentemente endeudado, fuertemente regulado y burocrático, con menos autogobierno y menos libre.
Pero este destino no tiene por qué ser el de nuestro futuro. Podemos poner el gasto bajo control, equilibrar el presupuesto y reducir nuestra deuda. Podemos limitar el tamaño del gobierno y liberar nuevamente el genio sin límite de los americanos para crear riqueza y empleos. Podemos cambiar la tendencia y alterar el curso de nuestra nación.
Para salvar el Sueño Americano es nuestro plan para arreglar la deuda, recortar el gasto y, sobre todo, restaurar la prosperidad. Equilibra el presupuesto de la nación en una década — y lo mantiene equilibrado. Reduce el tamaño de la deuda y recorta el gobierno a la mitad. Elimina la atención médica hecha obligatoria por el gobierno y financia completamente nuestras necesidades de defensa nacional. Para poner nuestras finanzas en orden, debemos ocuparnos de arreglar el Seguro Social, Medicare y Medicaid, los tres grandes, conocidos como programas de derechos a beneficios, que juntos suponen el 43% del gasto federal actual. Demasiados de nuestros adultos mayores carecen de suficiente ayuda para evitar la pobreza. Por tanto, Para salvar el Sueño Americano no acaba con estos programas; en su lugar, se concentra en aquellos que los necesitan.
Nuestro plan también anima a los ciudadanos a ser más responsables en lo fiscal. Rediseña nuestro sistema tributario por entero para convertirlo en un impuesto al consumo que será de tipo único. Esta es una estructura que promoverá mayores ahorros, beneficiando por tanto a los americanos, nuestro sistema político y la economía. Mayores ahorros quiere decir más sólida formación de capital y una economía más robusta lo que a su vez se traduce en verdaderos trabajos para los americanos.
Este plan reduce sustancialmente el tamaño y alcance del gobierno federal, fundamentalmente incrementa el papel de los estados para que elijan sus propios modelos y llevan la capacidad de decisión más cerca del pueblo que de administradores no elegidos en las urnas. Estos son pasos cruciales para poner a nuestra nación en el camino de la responsabilidad fiscal, política y constitucional. Es parte de nuestra más amplia iniciativa por poner a nuestro país de nuevo en el camino correcto, recuperar sus verdades, conservar sus principios liberadores y construir una América donde libertad, oportunidad, prosperidad y sociedad civil florezcan.
Al final, nuestro plan, aunque de naturaleza económica, tiene un propósito moral ulterior. Si los derechos a beneficios no se reforman, la siguiente generación, y las futuras, tendrán que pagar unas tasas impositivas confiscatorias que terminarán con nuestra libertad tal como la hemos conocido. Nuestra propuesta se dirige a preservar la promesa de América que nos legaron las generaciones pasadas.
Edmund Burke nos recuerda que pensemos de nuestro paso por la tierra no como un suceso individual y temporal, sino como una asociación “entre aquellos que están vivos, aquellos que están muertos y aquellos que han de nacer”. Lo que intentamos hacer con Para salvar el Sueño Americano es mantener la fe en esta asociación.
Ya hemos estado en esto antes, y todas las veces el pueblo americano ha estado a la altura de las circunstancias y no ha desperdiciado la oportunidad. En 1776 nos dijeron que ningún colono advenedizo podría derrotar a la nación más fuerte del mundo y decidimos cambiar el curso de la historia. En 1860 se nos dijo que la Unión no se mantendría y que América estaba finiquitada y sin embargo alumbramos el nuevo nacimiento de la libertad. En 1980 nos dijeron que el Siglo Americano se estaba acabando y lanzamos una gran expansión económica, reconstruimos nuestros ejércitos y revivimos nuestro espíritu nacional.
Los tiempos difíciles exigen elecciones duras. El futuro de nuestra nación está en juego.
Todo lo que se pide de nosotros, como dijo alguna vez mi héroe Ronald Reagan, es “nuestro mejor esfuerzo y nuestra voluntad de creer en nosotros mismos y creer en nuestra capacidad de hacer cosas grandes; creer que juntos, con la ayuda de Dios, podemos resolver y que resolveremos los problemas a los que nos enfrentamos”.
Todos juntos, aprovechemos el momento, cambiemos el curso de nuestro país y salvemos el Sueño Americano.
Edwin J. Feulner
Presidente de la Fundación Heritage
¿Verde? ¿Pero a costa de quién?
¿Verde? ¿Pero a costa de quién?
La semana pasada, los ecologistas conmemoraron el Dia Mundial contra la Malaria. Mientras tanto, miles de niños africanos murieron de malaria (o paludismo).
Puede que, mientras estos activistas sienten que están salvando al mundo, en realidad están haciendo caso omiso a la mejor solución para el problema de la malaria de África: El uso del DDT para eliminar al mosquito anófeles.
Aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) volvió a promocionar el uso del DDT en septiembre de 2006 – al darse cuenta de que el DDT tenía el mejor récord, salvando las vidas de 500 millones de niños africanos – los ecologistas siguen poniendo el énfasis en el uso de las mosquiteras para camas. El uso del DDT prácticamente erradicó la enfermedad en Europa y América del Norte hace 50 años, pero un niño africano muere hoy cada 45 segundos debido a la malaria.
Suministrar mosquiteras para camas a africanos subsaharianos ha tenido poquísimo éxito en el nivel de protección necesario contra los mosquitos.
El Banco Mundial va pregonando como algo bueno de que el 50% de niños en Zambia ahora duerme protegido por una mosquitera, pero ¿qué pasa con la otra mitad que se queda indefensa ante una enfermedad asesina? La República Democrática del Congo tenía solamente al 38% de sus niños con mosquiteras en 2010.
Uno se pregunta por qué, en pleno siglo XXI, la gente tiene que vivir dentro de una red para protegerse de la malaria. El mundo tiene una mejor solución y no es poner en cuarentena a los niños africanos. El Dr. John Rwakimari, como jefe del Programa Nacional contra la Malaria de Uganda, describió el DDT, que es no tóxico para los seres humanos, como “la respuesta a nuestros problemas”.
El Día Mundial contra la Malaria 2011 tenía como tema “Conseguir el Progreso e Impacto” y como objetivo, cero muertes por malaria antes del año 2015. Si el mundo quiere realmente hacer progresos y disminuir el número de vidas segadas por la malaria, le hace falta adoptar la mejor de las tecnologías disponibles para los africanos hoy en día. Y eso es nada menos que el DDT.
MUESTRAS DE VIOLENCIA EN VENEZUELA
MUESTRAS DE VIOLENCIA EN VENEZUELA | ||
|
Un tema que lamentablemente no se puede soslayar en la Venezuela de hoy, donde el derecho humano a la vida deja de existir cada día, especialmente en hombres con edades comprendidas entre los 16 y 35 años.
Revisemos unas cifras tomadas de publicaciones en medios de comunicación.
1/3/11 En Caracas 12 personas fallecieron abaleados en las 48 horas anteriores a esta fecha, mientras que en el estado Carabobo murieron nueve personas y ocho en el estado Zulia. Sus edades eran 23 y 29 años, el menor y mayor respectivamente.
6/3/11 Caracas Muertos a tiros 3 jóvenes y heridos mujer y niño en San Agustín.
7/3/11 Maracaibo un joven de 29 años fue asesinado la noche de ese Domingo, cuando se resistió al robo de un teléfono Blackberry..
8/3/11 En el estado Carabobo, en las primeras 72 horas del asueto de Carnaval, según los reportes forenses de Valencia y Puerto Cabello, se habían contabilizado 13 homicidios, seis en Valencia, dos en Libertador y Carlos Arvelo; uno en otras zonas De las 13 muertes violentas, 12 fueron ocasionadas con arma de fuego y una por heridas con arma blanca.
8/3/11 En el Centro Penitenciario de San Juan de Lagunillas, estado Mérida, murieron 4 internos y 10 resultaron heridos. El hecho ocurrió durante la visita dominical. Se dijo que hubo un tiroteo en uno de los pabellones y luego arrojaron una granada. Al parecer el motín se generó durante un “cambio de gobierno” entre reclusos. Es decir en las cárceles hay tanta o más violencia que en las calles.
En Venezuela las noticias sobre la violencia desatada no están son “bien vistas”, por esa razón la información está espaciada
27/3/11 Caracas. Fiesta en Mamera, un barrio pobre termino con 4 muertos y el 28/3.11 un productor del canal Venezolana de Televisión, fue asesinado a tiros en la madrugada en una arteria principal de tránsito para robarle su vehículo
29/3/11 93 muertes violentas en solo 4 estados durante fin de semana.
2/4/11 Escolta de vicepresidencia mato a inspector de la PM.
5/4/11 Asesinado sargento adscrito al Regimiento Guardia de Honor. Muerto cabo de la PM de un disparo en la frente.
12/4/11 Mataron a hermano de un testigo del caso del sumergible. Asesinaron a 21 tiros a Policía Militar. Recluso de La Planta muere de 17 puñaladas.
Entre el 14 y 17 /4/11 hubo 40 muertes violentas en Caracas
16/4/11 Hampa mata a 8 personas y CICPC a 8 secuestradores.
17/4/11- 4 mujeres mueren cada día víctimas de la violencia de género
19/4/11 De acuerdo con cifras extraoficiales, durante ese fin de semana fallecieron 71 muertes de manera violenta en 5 estados. Distribuidas así: 30 personas en Caracas, 12 en el estado Zulia, 15 en el estado Carabobo, 8 en Aragua y 6 en Lara.
25/4/11 28/4.11 – Violencia causo 91 muertos en asueto de Semana Santa.
27/2/11 Propinan 40 disparos a joven de 25 años
28/4.11 – 66 homicidios en 8 días De manera extraoficial se supo que, entre las 6:00 am del viernes 15 de abril y la misma hora del sábado 23, al menos 66 cadáveres víctimas de la violencia ingresaron a la Medicatura forense de Bello Monte. Trascendió que alrededor de 30 cuerpos pertenecían a hombres con edades comprendidas entre 19 y 30 años
30/4/11 Asesinado estudiante para robarle una moto dentro de la UCV conmueve a estudiantes.
Se calcula que el 95% de estas muertes quedan impunes, de acuerdo con Paulo Sergio Pinheiro, quien ha sido el integrante de la CIDH encargado de los casos de Venezuela durante los últimos seis años, el gobierno venezolano se ha negado a a la visita de esa Comisión para revisar la situación de los derechos humanos en el país, arguyendo que existe animadversión hacia Venezuela y acusándola de ser una marioneta del “imperio” , transformándose en el único estado que se niega a recibirlos, Así como también el único que no cumple con las recomendaciones y medidas de protección dictadas por este organismo a favor de las víctimas de la violencia en el país. Los venezolanos somos quienes salimos perdiendo
A esto se le suma lo reportado en el informe presentado ante esa misma Comisión por parte del Comité de Familiares de Víctimas del Carachazo* (Cofavic), por cierto “Tres años antes de que Hugo Chávez intentara tomar el poder por la fuerza, izquierdistas venezolanos vinculados con La Habana buscaban sacar provecho a un esperado estallido popular para derrocar al ex presidente Carlos Andrés Pérez, siendo dotados con armas y guiados personalmente por Fidel Castro, según reveló un oficial venezolano de alto rango”, acaba de ser reseñado en el Nuevo Herald. Igualmente, en la Vicaría de Caracas y Sinergia en el que denunciaron que 77 defensores pro garantías fundamentales fueron atacados y agredidos entre 2007 y 2010 en el país y que el 90% de esos casos continúan en la más absoluta impunidad.
Es decir las víctimas de la violencia y los defensores de los DDHH, son víctimas de la agresión gubernamental. Cómo podemos vivir en paz y con tranquilidad en un país en el que la violencia pareciera ser una política de estado para mantener a la población sometida a un estado de sumisión.
EL MAL NO MUERE DE CAUSAS NATURALES
Por Charles Krauthammer | ||||||||||
Dos meses y un día antes del 11 de Septiembre, el experto en terrorismo Larry C. Johnson publicaba "La Deteriorada Amenaza Terrorista", una columna en el New York Times en la que criticaba el hecho de que "los estadounidenses se ven importunados por fantasías de terrorismo", cuando, en realidad, "la década que arrancó en el 2000 seguirá la tendencia bajista" en el terrorismo letal. |
¿Se acabó la era Ben Laden?
TERRORISMO
¿Se acabó la era Ben Laden?
Por Orlando Ochoa Terán
Después de que Osama ben Laden alterase el tablero geopolítico mundial el 11 de septiembre de 2001, una nueva forma de hacer la guerra se expandió por todos los rincones del planeta. Se decía entonces que el mundo ya no sería el mismo. No lo fue, especialmente para los americanos, que no habían bregado con algo similar desde su guerra civil, a mediados del siglo XIX. |
Para muchos americanos, los conflictos armados eran una cosa exótica, lejana y muchas veces ajena. La seguridad que ofrecía una sociedad abierta, democrática y altamente desarrollada era razón suficiente para que la opinión pública se mantuviera distante de tales cuestiones, incluso cuando los intereses estratégicos de EEUU aconsejaban lo contrario. Ben Laden los obligó a cambiar de perspectiva.
¿Qué efecto tendrá ahora la muerte del símbolo más emblemático del terrorismo? No es fácil avanzar una respuesta. Sin embargo, la muerte de Ben Laden se ha producido en un momento en que el terrorismo como forma de lucha está desprestigiado y, en cambio, cobran auge las revueltas populares, como hemos visto en Túnez, Egipto, Siria, Yemen y Bahréin. Revueltas que, o bien sustituyen gobiernos tiránicos con prontitud, o bien crean las condiciones para que, andando el tiempo, el cambio tenga lugar.
¿Una nueva era?
"Salimos de la era de Ben Laden e ingresamos firmemente en la de Buazizi", ha escrito un columnista cairota. Buazizi es el humilde vendedor que se prendió fuego en Túnez luego de considerarse ultrajado por un agente de policía, acto que se considera detonante de los estallidos que posteriormente han agitado la calle árabe.
El prestigioso sicólogo norteamericano John Dollard desarrolló la teoría de la frustración-agresión y afirma haber demostrado que una severa frustración conduce a la rabia, y ésta a la violencia. El término frustración lo usa Dollard en un sentido restringido, como la interrupción o el dificultamiento de un proceso del que se esperaba obtener algo importante. Dollard sostiene que la rabia y la violencia colectiva no son necesariamente una sumatoria de las frustraciones individuales; "en gran medida, es una función de cambios ideológicos, creencias y condiciones, que materialmente afectan a las concepciones de justicia y legitimidad".
El experto británico en violencia y terrorismo Paul Wilkinson sostiene que las sociedades están acostumbradas a asumir que no habrá base popular para una rebelión violenta, que este tipo de sucesos son cosa de "pequeños grupos conspirativos", de "criminales o sicópatas". Wilkinson previene además sobre la dificultad de definir la violencia, dado que comprende interacciones y actos de muchas personas y multiplicidad de motivaciones colectivas, sicológicas y evaluaciones subjetivas.
El símbolo
El terrorismo sigue el proverbio chino que reza: "Mata a diez y aterroriza a 100.000". La historia ha demostrado la inutilidad de esta vía para tomar el poder o cambiar el sistema imperante. El Che Guevara pensaba que las acciones terroristas eran "indiscriminadas e inefectivas en sus resultados". Régis Debray atribuía al terrorismo un papel positivo pero subsidiario: "Distrae las fuerzas del adversario de la lucha central en un costoso e inútil esfuerzo de protección".
Con frecuencia se incurre en el error de confundir el terrorismo con la guerrilla urbana. Las dos plantean estrategias y tácticas distintas, como distintas son las maneras en que se les hace frente.
Pese a su sofisticación, la efectividad del ataque del 11 de septiembre de 2001 fue relativamente marginal en términos estrictamente militares. En cambio, su impacto sobre la voluntad y la moral de la sociedad americana fue enorme.
El líder de Al Qaeda devino símbolo del terrorismo. Su muerte fue un gran logro, pero eso fue lo único que consiguió el comando seal de EEUU: destruir un poderoso símbolo. La incógnita está ahí. ¿Dejará definitivamente paso el terrorismo a los estallidos populares? Sólo el tiempo lo dirá, pero ya se ha abierto un camino diferente y contagioso.
Los contrabandistas, esos héroes
LIBERTADES
Los contrabandistas, esos héroes
Por Walter Williams
Los contrabandistas son unos héroes. La esencia de su mensaje es ésta: "Los tiranos que manejan el Estado quieren impedir o dificultar los intercambios libres y pacíficos entre individuos. Yo sé paliar el impacto de esa injerencia". Examinemos su desempeño, teniendo siempre presente que no todo lo ilegal es inmoral y que no todo lo legal es moral. |
Precipitando así los acontecimientos que condujeron a la Guerra de Independencia, los británicos, al amparo de las Leyes de Navegación, impusieron aranceles a un amplio abanico de productos importados. Uno de esos impuestos tenía por objeto la melaza importada de territorios no británicos. John Hancock, cuya flamante firma adorna nuestra Declaración de Independencia, tenía un próspero negocio de contrabando de melaza que movía unos 1,5 millones de galones al año. Sus actividades ilegales financiaron gran parte de la resistencia a la autoridad británica; al punto de que solía decirse: "Sam Adams escribe las cartas [a los periódicos] y John Hancock corre con los gastos de envío".
El contrabando de Hancock y otros como Hancock repercutió positivamente en la gente, pues ofrecían la melaza con la que se elaboraba el ron a precios sustancialmente más bajos. A los británicos, en cambio, les fue peor, ya que ingresaban menos dinero en concepto de impuestos.
En 1920 entró en vigor, con un gran apoyo popular, la Decimoctava Enmienda, que prohibía la producción, distribución y venta de bebidas alcohólicas en suelo estadounidense. En mi opinión, no es de recibo impedir a un individuo disfrutar de una cerveza, un vino o un whisky. A eso se le llama opresión, así de sencillo. Pero entonces llegaron los héroes al rescate. La tinta de la Decimoctava Enmienda no se había secado aún cuando los contrabandistas empezaron a introducir cerveza y whisky en el país desde Canadá y México. Justo antes de sobrepasar las tres millas marítimas, los barcos traspasaban sus cargamentos de whisky a las barcazas que se encargaban de llevarlos a la costa. Los contrabandistas, sí, libraron de la opresión de los biempensantes a millones de americanos.
El contrabandista es mi héroe en cuanto contrabandista, pero no se me escapa las consecuencias negativas que tiene su actividad. El contrabando es, por definición, ilegal; pero con frecuencia se convierte en una empresa criminal debido a que quienes se implican en ella suelen ser tipos con escaso respeto por la ley. Y como el contrabando es ilegal, los conflictos que surgen en su seno se dirimen, en vez de en los tribunales, recurriendo a las armas y, en general, a la violencia. También hay que tener en cuenta que los contrabandistas suelen corromper a miembros de las fuerzas del orden y otros servidores públicos. Lo peor de todo esto es la extensión de la falta de respeto a la legalidad. En EEUU, una vez se derogó la Decimoctava Enmienda, prácticamente toda la corrupción y la delincuencia asociadas a la Ley Seca desaparecieron.
No son muchos los americanos que saben que la mayor práctica contrabandista del momento es el tráfico de tabaco. En Nueva York, los impuestos representan más de la mitad del precio de una cajetilla: 7 de 13 dólares. Este estado de cosas ha hecho que el contrabando de cigarrillos sea una actividad en expansión en todo el país. Por cierto, y como pasó con la Prohibición, los impuestos confiscatorios que pesan sobre el tabaco gozan de gran aceptación.
Según un estudio reciente –llevado a cabo por Michael LaFaive y Nesbit Todd, del Centro Mackinac de Políticas Públicas (Midland, Michigan), y titulado "Contrabando e impuestos sobre el tabaco"–, los estados con mayor incidencia del contrabando de tabaco son precisamente aquellos que cargan tal producto con más impuestos: Arizona (el 51,8% del tabaco consumido en este estado es de contrabando), Nueva York (47,5%), Rhode Island (40,5%), Nuevo México (37,2%) y California (36,3%).
El contrabando de cigarrillos, al igual que el contrabando de whisky antaño, se ha convertido en el medio de vida de los delincuentes. La Agencia para el Tabaco, las Armas, los Explosivos y las Bebidas Espirituosas ha encontrado una fuerte presencia de mafias rusas, armenias, ucranianas, chinas, taiwanesas y mesorientales (paquistaníes, libanesas y sirias, principalmente) en tal negocio. Lo más preocupante es que algunos de esos grupos utilizan sus ingresos para prestar apoyo económico a organizaciones terroristas como Hezbolá y Hamás. Lo cual quiere decir que los políticos chupasangre y los fanáticos anti-tabaco están poniendo los medios para el sustento de los enemigos de América.
La solución al contrabando de tabaco –y las actividades delictivas asociadas– pasa por acabar con los impuestos confiscatorios. Por desgracia, para los políticos chupasangre y los fanáticos anti-tabaco, que ven en los impuestos confiscatorios una herramienta de su cruzada moral contra el tabaco, sólo cuenta lo positivo. Para ellos, el precio que hay que pagar por su cruzada es irrelevante o, como mucho, algo secundario. Llegados a este punto, conviene recordar las palabras del novelista C.S. Lewis:
De todas las tiranías, puede que la peor sea la ejercida por el bien de sus víctimas.
Al Qaeda: Zauahiri asume el mando
SEMBLANZA DEL CRIMINAL EGIPCIO
Al Qaeda: Zauahiri asume el mando
Por Steve Emerson
El probable sucesor de Osama ben Laden es su veterano lugarteniente egipcio Aymán al Zauahiri, por quien el Gobierno estadounidense ofrece una recompensa de 25 millones de dólares. Washington lo acusa de planear el 11-S, los ataques a las embajadas norteamericanas en Kenia y Tanzania (1998) y el ataque al USS Cole en el Yemen (2000). |
Está por verse que Zauahiri sea capaz de reclutar y procurar inspiración a una nueva generación de yihadistas de la misma manera en que lo hizo Ben Laden. Los analistas más veteranos dicen que Ben Laden era un experto en el manejo de los medios, una figura carismática que sabía escuchar. Zauahiri, por el contrario, tiene un historial de enfrentamientos incluso en el seno del movimiento islamista, informa el periodista Steve Coll, que añade: "Y como comunicador es menos eficaz. Sus libros son muy densos y dogmáticos". Durante un reciente intercambio electrónico con colegas yihadistas, Zauahiri parecía "agresivo y pendenciero". "No daba la sensación de ser un líder atractivo".
Poco después del 11 de Septiembre, Zauahiri y Bin Laden protagonizaron un vídeo en el que comentaban la matanza. El egipcio se expresó en los siguientes términos:
No sólo ha sido gran logro humano. Ha sido un acto sagrado. Esos 19 valientes que dieron su vida por la causa de Dios van a ser muy bien atendidos. Dios les dio la fortaleza que les permitió hacer lo que hicieron. No hay comparación entre la fuerza de esos 19 hombres y la fuerza de América, como no hay comparación entre la destrucción causada por esos 19 hombres y la destrucción causada por América.
Tres años antes, en 1998, Zauahiri afirmaba en la publicación yihadista Al Mujahidoun: "América está ya controlada por los judíos, totalmente"; y añadía: "[Estados Unidos] se vale de Israel para atacar [a los vecinos de éste] y masacrar a quienes viven pacíficamente en la zona". "Si somos lo que decimos, una nación de mártires, lo único que necesitamos es el coraje y la voluntad de los asesinos y la fe por la que afirmamos estar dispuestos a morir a la mayor gloria de Dios".
Nacido en Egipto el 19 de junio de 1951, Zauahiri proviene de una familia de médicos y de eruditos religiosos. Su padre era profesor de Farmacología en la Universidad de El Cairo, y su abuelo fue gran imán de la Universidad Al Azhar, uno de los grandes centros del islamismo. En la adolescencia se unió a la Hermandad Musulmana, y en 1966 fue detenido por formar parte de una célula clandestina de dicha organización. Ese mismo año, el Gobierno egipcio, encabezado por Gamal Abdel Naser, ejecutó al guía ideológico de la Hermandad, Sayid Qutb.
Naser falleció en 1970, y su sucesor, Anuar Sadat, trató de cooptar a la Hermandad, muchos de cuyos militantes salieron por entonces de prisión. A los hermanos se les permitió predicar su doctrina, siempre y cuando no recurrieran a la violencia. Pues bien, los hermanos se sirvieron de su recién adquirida libertad para socavar el régimen de Sadat.
Tras licenciarse por la Universidad de El Cairo, en 1974 Zauahiri ingresó en el Ejército, donde sirvió –como cirujano– durante tres años. Luego se unió a una coalición de células yihadistas denominada Yihad Islámica Egipcia.
Zauahiri fue uno de los procesados por el magnicidio de Sadat, perpetrado en octubre de 1981. En la apertura del juicio, afirmó que los acusados eran "el verdadero frente islámico, la verdadera oposición islámica al sionismo, el comunismo y el imperialismo". Y cargó contra las autoridades por "preparar el terreno" a "la infiltración sionista".
Declarado culpable de poseer ilegalmente armas de fuego, fue condenado a tres años de cárcel.
En 1985 abandonó Egipto y puso rumbo a Peshawar (Pakistán), donde se dedicó a la atención sanitaria de los mujaidines que combatían a los soviéticos en Afganistán. Fue allí donde conoció a y se hizo íntimo de Osama ben Laden.
En 1989, derrotados los soviéticos y con Afganistán precipitándose en el caos, Ben Laden y Zauahiri se trasladaron a Sudán. Desde ahí, según ha relatado el veterano periodista Lawrence Wright, Zauahiri y su Yihad Islámica egipcia iniciaron una campaña de atentados y asesinatos con el fin de desestabilizar Egipto. Entre las víctimas que se cobraron se cuenta un presidente del Parlamento egipcio, al que asesinaron en 1990.
El Cairo emprendió una feroz represión después de que el grupo de Zauahiri tratara de asesinar al rais Hosni Mubarak en 1995, mientras éste cursaba una visita a Etiopía. Decenas de miles de personas acusadas de ser islamistas fueron encarceladas. Como represalia, la gente de Zauahiri voló la embajada egipcia en la capital de Pakistán, Islamabad. En el atentado –perpetrado por dos terroristas suicidas– murieron 16 personas y otras 60 resultaron gravemente heridas.
La presión de Estados Unidos y Arabia Saudí llevó a Sudán a expulsar a Al Qaeda de su territorio, por lo que en 1996 Ben Laden, Zauahiri y compañía establecieron su base en Afganistán, donde los talibanes les ofrecieron asilo.
En 1997 el Departamento de Estado declaró a Zauahiri líder de un grupo llamado Vanguardia de la Conquista, facción de la Yihad Islámica que se cree estuvo detrás de la matanza de Luxor, perpetrada ese mismo año y en la que perdieron la vida 58 turistas.
En 1998 se produjeron los ataques a las embajadas de EEUU en Kenia y Tanzania –en los que murieron 224 personas– y la llamada a la yihad contra "los judíos y los cruzados" del Frente Islámico Mundial, abanderado por Ben Laden y Zauahiri:
Con la ayuda de Dios, llamamos a todos los musulmanes que crean en Dios (...) a obedecer la orden de Dios de matar a los americanos y hacerse con su dinero allá donde se encuentren.
En 1999 Zauahiri fue juzgado en ausencia por un tribunal egipcio y condenado a muerte. Taufiq Hamid, que trabajó con él cuando ambos formaban parte del grupo yihadista Jamaa Islamiya, advierte contra el peligro de subestimar a Zauahiri en su nuevo papel de sustituto de Ben Laden. Su sobresaliente capacidad organizativa y su dedicación a la violencia le hacen mucho más peligroso de lo que lo fue el saudí:
Como líder es mucho más potente, y se organiza mucho mejor. Cuando le escuchas, te das perfecta cuenta de su ambición y de que está al cien por cien consagrado a su misión.
¿Sirvió de algo el tijeretazo?
ECONOMÍA
¿Sirvió de algo el tijeretazo?
Por Juan Ramón Rallo
Esta semana se cumple un año de aquel tragicómico momento en que Zapatero anunció recortes para todos los colectivos a los que previamente había mimado: funcionarios, pensionistas y dependientes. Fue una decisión de urgencia para afrontar una coyuntura en la que los inversores internacionales habían decidido, tirando de sentido común, negarnos el pan y la sal. |
Cosas de los perversos especuladores: como el muy progresista Gobierno de Zapatero había incurrido en 2009 en un déficit del 11% del PIB y no había perspectiva de que su preclara majestad tuviese intención de reducirlo por propia voluntad, nos obligaron a apretarnos el cinturón. ¿Cómo? Pues por la muy represiva vía de amenazarnos con no prestarnos el dinero que necesitábamos para mantener nuestros desbocados niveles de gasto.
Los habrá que, hipnotizados por el mantra socialista, hubieran preferido que no nos prestaran antes que ceder a las exigencias de los prestatarios y recortar el sacrosanto gasto social. Pobrecitos. El 11% del PIB equivale a más del 25% del gasto público anual. ¿Se imaginan qué habría sucedido en caso de que no hubiéramos seguido recibiendo dinero? Pues, por ejemplo, que a los funcionarios les habrían recortado el salario no en un 5%, sino en un 30 o un 40%; por no hablar de la interrupción de numerosos servicios que el Estado habría sido incapaz de seguir financiando...
Cosas de la opresiva dictadura de los mercados. Ya sabe: para la progresía, que unos señores decidan no seguir prestándonos su dinero es una intolerable coacción, y que los gobiernos nos saqueen es lo propio y solidario.
Sea como fuere, transcurridos doce meses del tijeretazo que posibilitó que hubiera ahorradores dispuestos a seguir prestándonos dinero, ¿cómo hemos aprovechado esa tregua que nos dieron? Pues muy mal: el déficit público sigue enquistado en el 9% del PIB –algo así como todo lo que recaudamos por IRPF e IVA en 2010–, y la reforma laboral de verdad –esa que necesita España, y no el camelo que nos vendió Corbacho con la colaboración de los sindicatos y su huelga de pacotilla– sigue durmiendo el sueño de los justos, motivo por el cual el paro ha aumentado en medio millón de personas.
Este año de gracia que nos han dado los mercados ha sido desaprovechado groseramente por el Gobierno. Puede que, atendiendo a la pasividad gubernamental, muchos no sean conscientes de la gravedad de la situación, pero lo cierto es que si algo hemos hecho en el último año ha sido empeorar. Así lo certifica, por ejemplo, el movimiento de nuestra prima de riesgo, que pese al recorte y a las promesas de rescate alemán sigue tan alta como hace doce meses.
España es como una familia de cuatro miembros. Hasta 2007, los padres sustentaban al hijo y al abuelo, y se habían ido endeudando con el banco para pegarse algún caprichito –como alargar inútilmente la escolarización del hijo, subir la asignación mensual al abuelo o remodelar por completo la vivienda– en una cantidad equivalente a un año entero de sus ingresos conjuntos. Pero hete aquí que uno de los cónyuges se quedó en el paro, por lo que, para mantener el mismo nivel de gasto, debieron endeudarse todavía más... y a tipos de interés crecientes. Para más inri, el poco dinero que la familia tenía ahorrado para amortizar sus deudas podría esfumarse –por lo menos, un 20 o un 30%– con una hipotética quiebra de su banco. A todo esto, el valor de la vivienda, con la que garantizan la deuda, se ha desmoronado en torno a un 50%.
Dicho de otro modo: nuestra familia no sólo tiene que restringir enormemente su nivel de gasto –pues ya antes de que le azotara el paro gastaba más de lo que ingresaba–, sino que el saldo real de sus deudas, tanto medidas en relación a sus ingresos anuales como en relación a sus activos, se ha duplicado.
Negro panorama, ¿no? Sin duda. Pero añadamos algún supuesto más a nuestro ejemplo, para acercarlo un poco más a la realidad española. Imaginen que es el padre el que conserva el empleo y que, por un lado, impide a su esposa trabajar –a menos que perciba un salario muy por encima de sus posibilidades– y, por otro, y agobiado por los acreedores, decide minorar sus gastos recortando la asignación que entrega a su mujer, a su padre y a su hijo, y que parte del ahorro que consigue así lo dilapida en alcohol, lupanares varios, automóviles eléctricos de lujo y vacaciones solidarias a dictarrepúblicas bananeras.
Pues en esas estamos. Ha pasado un año y seguimos con las mismas monsergas. La minicredibilidad que ganamos metiendo el tijeretazo a funcionarios y pensionistas –tijeretazo en gran medida imprescindible en aquella complicadísima situación– la hemos dilapidado por amagar y no dar en la reforma laboral, la austeridad presupuestaria y la reestructuración del sistema bancario. Pronto esos especuladores sitos en Zúrich volverán a ponerse nerviosos y a dejar de prestarnos su dinero. Entonces ¿qué diremos? ¿Que hay una conspiración planetaria contra un país con un 21% de paro, que sigue gastando mucho más de lo que ingresa y tiene su sistema bancario medio quebrado? Igual sí, oiga.
El Sur se nos arma
El Sur se nos arma
GEES
Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, el norte de África dejó de ser un problema estratégico para España, y las escaramuzas de Sidi Ifni y el Sahara no llegaron siquiera a plantear un conflicto político o militar, porque las potencias nos dieron la espalda y solos no éramos capaces de afrontar retos, aunque vinieran de países mucho menos desarrollados de España. Pero algo importante se está cociendo en nuestro flanco sur en los últimos años ante lo que España no puede ser neutral. Por una parte Argelia y Marruecos se han enfrascado en una auténtica carrera de armamentos. Son los dos países que mas han incrementado su gasto militar en todo el mundo en la última década: el país que más ha reducido sus gastos en defensa –en particular sus inversiones– es España.
El cambio del escenario ha sido dramático en estos diez años pasados y si sigue la tónica, se habrá dado la vuelta en otros diez años. Solo por citar dos ejemplos: si hace cinco años la proporción entre fragatas españolas y marroquíes era de 10 a 1, en 2013 será de 11 a 5. Por otra parte Marruecos y Argelia están adquiriendo material de última generación tanto de Francia, Estados Unidos y Rusia; a veces, más importante de qué compras es quién te lo vende, y las alianzas estratégicas de ambos países debilitan aun más la posición de España.
La situación político-social en el Magreb complica aún más la situación. Las revueltas en los países árabes no tienen liderazgo occidental y fácilmente podrían ser reconducidas por grupos extremistas, que son los más organizados en estos países. La situación de conflicto interno puede devenir en la búsqueda de válvulas de escape externas o bien en involuciones internas, y ambas opciones son negativas para nuestro país.
En fin: tener a unas decenas de kilómetros de nuestra frontera un problema político, con unas fuerzas armadas mucho más poderosas, supone una amenaza directa a nuestros intereses. El continuo desarme de nuestro país, no sólo el militar, sino también en el terreno de las ambiciones estratégicas, dará alas a nuestros vecinos para acentuar sus reivindicaciones territoriales, que siguen muy latentes en la sociedad marroquí; o bien de exigir determinadas actitudes subordinadas al suministro energético. Tenemos demasiados intereses económicos en esta zona como para despreciar lo que ocurre o suponer que con buenas palabras se van a disipar las amenazas.
No se trata ni de una actitud agresiva ni de beligerancia: si fuera así, el rearme intensivo de estos dos países debería ser analizado como una amenaza militar directa. Pero se trata de transmitir claros mensajes de autoridad y de ambición estratégica, apoyados en unas fuerzas armadas modernas, eficaces y con recursos, y en una política exterior que se centre en lo que realmente interesa a los españoles. O sea, superar los siete oscuros años de Zapatero.
La creación de empleo es lo primordial
La creación de empleo es lo primordial
Por Newt Gingrich.
Hoy hablaremos sobre la importancia de centrarse en la creación de empleo, pero primero tenemos que tocar la trascendental noticia de la semana.
La muerte de Osama bin Laden es una victoria significativa en la larga lucha entre los islamistas radicales y la civilización moderna.
Esta victoria es un homenaje al paciente aguante de la justicia americana. Felicito al presidente George W. Bush que lideró la campaña contra nuestros enemigos durante siete largos años y al presidente Obama que continuó e intensificó la campaña en Afganistán y Pakistán.
No debemos olvidarnos de agradecer a los que hicieron posible todo esto. Sin el valor y el profesionalismo de nuestros soldados y de los servicios de inteligencia, esta victoria nunca se hubiera dado.
Sin embargo, esta victoria es solamente un hito en la larga guerra. El islamismo radical no comenzó con bin Laden ni terminará con su muerte.
Hace 32 años que la dictadura iraní secuestró a nuestros diplomáticos de forma ilegal y los tuvo como rehénes durante 444 días. Mientras haya escuelas que enseñan a niños a odiar; mientras haya sistemas terroristas financiados por estados; mientras varios países recluten activamente a niños para ser terroristas suicidas, esta guerra continuará.
El mundo es un lugar mejor sin Osama bin Laden, pero su justo fin no puede borrar la pérdida y el sufrimiento de las víctimas, de sus familias y amigos. Por eso, mientras celebramos esta victoria, deberemos también recordar y rezar por todos aquellos que se fueron.
Centrarse en la creación de empleo
El problema del número uno en Estados Unidos es la falta de crecimiento económico, algo necesario para crear empleos.
Es imposible balancear el presupuesto con un desempleo del 8 ó 9%. Si agregamos a los que están infraempleados o que han dejado el mercado de trabajo, este índice de desempleo crece hasta casi el 16%.
El dolor del desempleo se intensifica con la inflación. Incluso la gente con trabajo no puede permitirse llenar el tanque del carro o de su camión como antes. Por tanto, los americanos sufren como trabajadores y también como consumidores.
La causa principal del creciente precio de la gasolina es el destructivo Sistema de la Reserva Federal. La política de Bernanke de imprimir dinero está preparando el terreno para sufrir una masiva inflación. Los dólares baratos se convierten en petróleo caro, oro caro, plata cara y materias primas más caras. Y un petróleo caro convierte los alimentos en caros ya que la energía es vital para la producción alimentaria, su elaboración y distribución.
Ya hemos estado en estas anteriormente. A finales de los años 70, la política destructiva del presidente Jimmy Carter nos llevó a la estanflación (la combinación de declive económico e inflación).
Los economistas tradicionales no sabían qué hacer. Cada vez que estimulaban la economía aumentando la oferta de dinero, esto acababa en más altos intereses y en inflación. Los tipos de interés altos acababan con el crecimiento económico y la falta de crecimiento económico empujaba a los americanos nuevamente a las filas del desempleo.
Hoy Washington deberá emprender cinco políticas paralelas, diseñadas para crear trabajo, reconstruir el mercado inmobiliario y bajar la inflación antes de que se desboque fuera de nuestro control:
1. Aprobar fuertes reformas fiscales y reguladoras, diseñadas para poner en marcha una década de creación de empleo y crecimiento económico;
2. Aprobar un programa energético americano que cree puestos de trabajos aquí dentro del país. Eso no sólo crearía más empleos sino que, al bajar el costo de la gasolina, de los combustibles de calefacción doméstica y de la electricidad, se estimularía la creación de empleo a través de toda la economía;
3. Derogar Obamacare antes de que haga un daño irreparable a nuestro sistema de salud y a la economía;
4. Llamar al orden a la Reserva Federal insistiendo en la política de un dólar fuerte y exponer a la luz pública a través de diversas investigaciones los miles de millones de dólares en tratos secretos que la Reserva Federal cierra para transferir dinero a gigantescos bancos nacionales y extranjeros;
5. Recortar el gasto de forma decisiva para crear el espacio fiscal necesario para una política económica favorable al crecimiento.
A medida que el Congreso se acerca al debate sobre el límite de la deuda y a otras confrontaciones futuras con la administración Obama, deberá cerciorarse de que la creación de empleo sea el centro de atención. América sólo funciona cuando los americanos trabajan. Ése es el núcleo de nuestra crisis actual.
Newt Gingrich es ex Presidente de la Cámara de Representantes y co-fundador de TheAmericano.com.
Nuevos objetivos de la CIA
Nuevos objetivos de la CIA en Al Qaeda
La eliminación de Osama Bin Laden ha sido un éxito indudable en la guerra contra el terrorismo yihadista, pero mientras el mundo sigue celebrando la noticia y la prensa se entretiene sacando la información que se le va filtrando, Estados Unidos no descansa en su lucha contra Al Qaeda.
La CIA, las demás agencias de Inteligencia y las fuerzas especiales estadounidenses siguen trabajando conjuntamente para acabar con la estructura de Al Qaeda y los líderes que siguen libres, que han pasado a convertirse en los próximos objetivos a abatir. Algunos de ellos ocupan actualmente distintos cargos de responsabilidad en la organización terrorista, entre ellos Ayman Al Zawahiri, Abu Yayha Al Libi, Adnan El Shukrijumah, Atiyah Al Raman y Saif El Adel, que son los emires dispuestos a alzarse con la jefatura de Al Qaeda.
El egipcio Ayman al Zawahiri (recompensa: 25 millones de dólares), conocido como «Doctor Muerte», ha sido el número dos de Bin Laden durante años, y de hecho su papel hasta ahora ya era determinante en el control de las células terroristas, que se incrementará mucho más. Es, por tanto, uno de los objetivos prioritarios sobre el que ya se está trabajando.
El teólogo y propagandista Abu Yahya al Libi, antiguo miembro del Grupo Combatiente Islámico Libio, que logró fugarse en julio de 2005 del centro de detención de Bagran, en Afganistán, donde estaba recluido, es otro de los elementos respetados entre los terroristas islamistas, y con un buen número de papeletas para que lo visiten los servicios de Inteligencia, las fuerzas especiales o algún bombardero cercano.
Adnan el Shukrijumah (5 millones de dólares de recompensa), otro fanático religioso, gran conocedor de Estados Unidos, donde ha vivido 15 años, y planificador junto con otros yihadistas de los ataques suicidas con bombas en el metro de Nueva York en 2009, y de otros ataques ataques en Panamá, Noruega y Reino Unido; es uno de los jefes máximos de las operaciones externas de Al Qaeda y uno de los que más influencia tiene. Por tener, tiene hasta plaza reservada para una muerte prematura.
Atiyah al Rahman, experto en explosivos, otro destacado miembro del Grupo Islámico Combatiente Libio, ha acompañado a Bin Laden en su periplo desde 2001 hasta ahora por la región fronteriza de Waziritán. Es uno de los enlaces con los grupos yihadistas en Medio Oriente y África del norte. Ni que decir tiene que éste tampoco se escapa.
Saif el Adel es un ex coronel del ejército egipcio. Su nombre real es Muhamad Ibrahim MakkawiI y es el cabecilla del «aparato militar» de Al Qaeda. Está inculpado por su participación en los atentados contra las embajadas norteamericanas de Nairobi y Dar es Salaam en 1998. Fue jefe de seguridad de Ben Laden y asumió muchas de las funciones militares de Mohammed Atef, después de su muerte en un ataque aéreo estadounidense en noviembre de 2001. Otro que acompañará a Bin Laden en su momento.
El mulá Sangin Zadran, que apareció en unas imágenes junto al soldado estadounidense Bowe Bergdhal, capturado por los talibán en la provincia de Paktika en 2009, ha sentenciado su futuro con esa actuación y puede tener la seguridad de que ha ha sido seleccionado para otro premio gordo de laos estadounidenses.
Khalid Al-Harbi, conocido también como Al-Habib, de origen egipcio o marroquí y encargado de supervisar las operaciones en el norte de Pakistán. No debería extrañarse de recibir la visita de un Predator en cualquier momento.
Adam Yahive Gadahn, nacido en 1978 en Estados Unidos, acusado de prestar apoyo material y logístico a Al Qaeda, entre otras cosas, sobre el que hay una recompensa del FBI de 1 millón de dólares por información que lleve a su arresto. Gadahn fue imputado por un tribunal de California por su presunta implicación en varias actividades terroristas, incluido el suministro de ayuda y servicios a Al Qaeda. Su suerte no durará eternamente.
El marroquí Mohammad Abaytah, jefe de información de Al Qaeda, es otro de los terroristas a eliminar.
El palestino Anwar Adnan Mohamed Salah, Chej Salah, uno de los primeros responsables de Al Qaeda en España, junto con los sirios Imad Eddin Barakat Yarkas, Abu Dahdah, y Mustafa Setmarian. Salah es otro objetivo en la lista.
Anwar al-Awlaki, predicador yemení, nacido en Estados Unidos, inspirador del atentado fallido de Times Square, en mayo de 2010. El clérigo también está relacionado con el frustrado atentado contra un avión de pasajeros en la Navidad de 2009 en la ciudad de Detroit, en noviembre de 2010 hizo un llamamiento a los musulmanes para “matar a estadounidenses”, y estuvo en contacto con el atacante de Fort Hood, que a finales de 2009 mató a 12 soldados y un civil en la base militar de Texas. Se ha librado de los misiles de un Predator recientemente, pero caerá tarde o temprano.
Abu Suhail Al Amriki, uno de los altos responsables de Al Qaeda, de origen estadounidense, con grandes posibilidades de auparse al número uno. Sentenciado desde hace tiempo.
Abu Basir, máximo responsable de Al Qaeda en la Península Arábiga (AQAP), detrás de numeroso ataques terroristas, y en el punto de mira desde hace meses.
Abd Al Wadoud uno de los líderes de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), muy activo en tareas relacionadas con Internet y medios digitales. No tiene futuro.
Son sólo algunos de los nombres e identidades de los próximos objetivos de Estados Unidos en Al Qaeda, que cubre toda la cúpula de la organización y otros líderes, como Abdel Hamid Abu Zeid, el jefe de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), entre otros, y cuya derrota definitiva está ahora más cerca. Es evidente que su capacidad de respuesta mediante ataques terroristas sigue representando una amenaza latente y elevada, pero ninguno de ellos debe dudar ni un momento que serán perseguidos y eliminados cueste lo que cueste y hasta su derrota definitiva.
Antes de Bin Laden, ya cayeron otros líderes terroristas, como Abdullah Azzam, Abu Musab al-Zarqawi, los hermanos Musaed y Abdullah Mubarak, alcanzados en su vehículo con un misil teledirigido, considerados muy peligrosos e involucrados en varios actos de terrorismo, o Abu Hafs al-Najdi, también conocido como Abdul Ghani, quien dirigía las operaciones de Al Qaeda en la provincia de Kunar (Afganistán), incluyendo el reclutamiento, entrenamiento y empleo de combatientes; obtención de armamento y equipamiento; organización de las finanzas y planeamiento de ataques contra fuerzas afganas y de la coalición internacional, por citar algunos de los más renombrados, y seguirán cayendo porque la estrategia estadounidense desde que empezó la guerra antiterrorista en 2001 es liquidar completamente Al Qaeda. Por ejemplo, la información obtenida en la operación Gerónimo permitió abatir después en Chechenia a Abdulla Kurd, un ciudadano turco llamado Doger Sevdet, que era el emisario de Al Qaeda en el Cáucaso del Norte.
Para todos ellos hay dos malas noticias: la primera, que el Mando de Operaciones Especiales, el Comando Central, la CIA y los servicios de Inteligencia, están coordinando sus actuaciones más y mejor que nunca. El material incautado en la operación contra Bin Laden no sólo está permitiendo conocer los planes que preparaban los terroristas para atacar (en trenes y otros objetivos sensibles) sino también valiosa información interna sobre Al Qaeda, que nos ayudará a seguir golpeando a la organización durante meses. La segunda, que conocemos dónde están los líderes de Al Qaeda o estamos en vías de conocerlo.
Prueba de todo ello son las nuevas operaciones en marcha llevadas a cabo en Pakistán con “drones” en la zona de Datta Khel, en Waziristán del Norte, en el noroeste de Pakistán, para eliminar numerosos Talibanes y el arresto de decenas de miembros de Al Qaeda de nivel medio en un nueva etapa tras la Operación Gerónimo, así como el ataque contra personajes de la lista de objetivos. Operaciones que continuarán.
Bye, bye, Al Qaeda.
No comments:
Post a Comment