Wednesday, September 14, 2011

China da lecciones de economía

El aumento del consumo interno chino puede ser clave para la economía mundial dijo el primer ministro Wen.

Mientras la mayoría de las principales economías del mundo intentan, sin éxito, solventar la crisis financiera que atraviesan, China sigue creciendo, muestra optimismo y da consejos a sus grandes rivales globales de cómo salir adelante.

Su primer ministro, Wen Jiabao, aprovechó el comienzo del "Davos de Verano", cita del Foro Económico Mundial que se viene celebrando en la ciudad oriental china de Dalien desde 2007, para resaltar la capacidad de su país de ayudar al resto del mundo con su expansión, especialmente por medio del fortalecimiento del consumo interno.

"Creo que la economía de China puede alcanzar un crecimiento de mayor calidad a largo plazo. Esa será nuestra contribución a un
crecimiento mundial sólido", sentenció Wen.

Muchos delegados presentes en la reunión creen que China debería tomar más medidas para contribuir a la salida de la crisis global, pero el primer ministro chino considera que para salir del atolladero los países con problemas deben poner primero su casa en orden.

"Las principales economías desarrolladas deberían adoptar políticas financieras responsables y efectivas, tratar apropiadamente los temas de la deuda, mantener inversiones de mercado seguras y estables, y proteger la confianza de los inversionistas en todo el mundo", recalcó.

Al mismo también dijo que China está dispuesta a invertir más en países europeos y les pidió que reconocieran a su país como una economía de mercado.

"En muchas ocasiones hemos expresado nuestra disposición de extender una mano amiga y aumentar nuestra inversión en Europa".

El mundo desde Dalian

"En muchas ocasiones hemos expresado nuestra disposicon de extender una mano amiga y aumentar nuestra inversión en Europa"

Wen Jibao, primer ministro chino

Desde que China comenzó a ser anfitrión del Foro ha pasado a contribuir al crecimiento global a la misma escala que la suma del Grupo de Siete países ricos unidos en el G7 (Estados Unidos, Alemania, Francia, Japón, Italia, Reino Unido y Canadá).

Luego de la histórica rebaja de la clasificación de la deuda estadounidense y las persistentes preocupaciones sobre la salud de las economía europeas, su rol en la economía mundial ha pasado a ser aún mayor.

"El mundo se ve muy distinto desde Dalian, que desde Londres o Nueva York", dijo a la BBC Jeremy Jurgens, director general del foro basado en Pekín.

"La reunión de Davos en Suiza se concentra fuertemente en las políticas. Sin embargo, aquí todo tiene que ver con el crecimiento", agregó Jurgens apuntando que los delegados tiene en Dalian la oportunidades con los llamados Nuevos Campeones del foro.

Crecimiento doméstico

China tiene algunas preocupaciones propias como el nivel de inflación que en agosto alcanzó el 6,2% muy por encima del 4% que se estableció el gobierno para este año.

Sin embargo, lo cierto es que se ve en posición de ventaja frente a sus rivales en el contexto global, que no encuentran el camino para resolver los problemas de la deuda y el desempleo.

El primer ministro Wen subrayó la "necesidad" de aumentar el consumo interno interno, pero en otro ejemplo de los nuevos tiempos, las importaciones del país crecieron en un 30% en agosto marcando un récord.

La especialista en temas económicos de la BBC, Juliana Liu, apunta que si bien el gasto doméstico chino sigue siendo bajo para los niveles internacionales, sus cifras recientes muestran el comienzo de la transformación de un país famoso por la tradición de ahorro de sus habitantes.

Y a esa sensación de creciente confianza que siente el gobierno chino en el escenario mundial debe verse refrendada la encuesta anual que hace el Fondo German-Marshall: la el 51% de los estadounidenses encuestados dijeron que Asia (encabezada por China) es más importante para sus intereses que Europa.

La zona euro se ha convertido en un campo de minas, ¿soportará las turbulencias o saltará por los aires?

La zona euro está profundamente debilitada, ya que pocos países logran esquivar los problemas. En este campo de minas, Grecia ha encendido la mecha y la duda es si será una explosión controlada (un 'default' ordenado) o acabará dinamitando la unión monetaria.

Si se echa un vistazo al mapa de la región (ver gráfico) pocos estados se libran. Las debilidades se extienden y se contagian a lo largo de Europa. Los más perjudicados son Grecia, Portugal e Irlanda, los tres rescatados. En esta terna, el peor parado, como es obvio, es el país heleno.

En las últimas semanas, Grecia está en el epicentro de las turbulencias porque no cumple con los ajustes pactados con la Unión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional y éstos se niegan a concederle el sexto tramo de ayuda del primer plan de rescate. Un préstamo de 8.000 millones de euros que el Gobierno heleno necesita imperiosamente para impedir la quiebra. Tal es la fragilidad de sus finanzas que el secretario de Estado de Finanzas griego, Filipos Sajinidis, afirmó que Grecia tiene dinero para pagar los sueldos públicos y las pensiones sólo hasta octubre.

De momento, Irlanda y Portugal están solventando sus delicadas situaciones pero siguen siendo vigilados muy de cerca por los mercados. Irlanda está acometiendo duros ajustes para contrarrestar un déficit desbocado, que en 2010 alcanzó el 32,4% del PIB. El país luso está haciendo lo propio y el FMI le ha concedido esta semana el segundo tramo de ayuda, que asciende a 3.980 millones. Eso sí, tanto la UE como el FMI ya le han reclamado más medidas de ajuste para 2012.

Pero estos tres países no son los únicos puntos calientes en la zona euro. España e Italia también luchan cada día por demostrar que pueden cumplir con los planes de austeridad, pero la incertidumbre les acecha. Los CDS (credit default swaps o seguros de impago) muestran la preocupación del mercado. El CDS de Italia se sitúa en 505 puntos y el de España le sigue a la zaga en los 425,35 puntos.

El punto débil de Italia, una deuda desbocada, el de España, un déficit por recortar que depende de muchas administraciones (las dudas se centran en las comunidades autónomas, que sólo en el primer semestre casi han alcanzado el objetivo de déficit del 1,3% previsto para todo el año).

Además, hay estados como Bélgica, con una crisis política que dura ya más de 15 meses, o Chipre, cuya banca está muy expuesta a la deuda griega, que pueden verse también por las turbulencias que sacuden a la región.

El club de la triple A presiona
Y en el otro lado, el selecto club de los países que siguen manteniendo la tripe A, la máxima calificación. En este grupo se encuentran Francia, Alemania, Austria, Finlandia, Luxemburgo y Holanda. Países que desde su posición de poder han puesto trabas y condiciones a los rescates que se han concedido a Grecia. El más beligerante ha sido el Gobierno finlandés que exigió garantías para participar en el segundo plan de ayuda al país heleno, una cuestión que todavía está en el aire.

Eso sí, estos estados aunque tienen una posición financiera más solvente que los periféricos no se libran de tener problemas económicos. Sin ir más lejos, Francia y Alemania están atrapados en la crisis griega porque sus sistemas financieros tienen una alta exposición a la deuda helena (Francia cerca del 37% del total) y, además, ambas economías están protagonizando una importante desaceleración en los últimos meses. Concretamente, Alemania registró un crecimiento del 0,1% en el segundo trimestre y el de Francia fue nulo.

Con este panorama, ¿se salvará la zona euro?
Entre los expertos hay disparidad de opiniones sobre el desenlace de la crisis europea.

Citi ha declarado en uno de sus últimos informes que "los riesgos de la salida de Grecia de la zona euro han aumentado claramente". Y la entidad ha ido más allá alertando que esta salida "sería un desastre económico y financiero no sólo para Grecia, sino también para la continuidad de todos los miembros de la zona euro, y también tendría graves implicaciones económicas y políticas para el conjunto de la UE y de la economía mundial en general".

El banco Citi resalta que la salida de Grecia sería crear un potente y muy visible precedente. "Tan pronto como Grecia haya terminado, los mercados se centrarán en el país o países que más probabilidades tenga de protagonizar la próxima salida de la zona euro", explica Citi.

Para Silvio Peruzzo, economista de Royal Bank of Scotland (RBS) "es difícil saber si un posible 'default' de Grecia rompería el euro, pero es una posibilidad que está ahí".

Sin embargo, otros analistas son más opimistas. Steen Jakobsen, economista jefe del banco danés Saxo Bank, opina que "la moneda europea podría sobrevivir si Grecia entra en 'default'. Incluso si lo hacen uno o dos países más".

Joaquín Maudos, investigador del Ivie y catedrático de la Universidad de Valencia, va más allá y asegura que la salida de Grecia del euro y la vuelta al dracma es un escenario improbable. “Ni a la zona euro ni a Grecia le conviene”, explica. Desde su punto de vista, el efecto contagio sobre otros países rescatados y los periféricos de la zona euro sería muy fuerte.

En cuanto al país heleno, supondría un círculo vicioso del que sería aún más difícil salir: “La deuda dejaría de estar en euros y se encontraría en otra moneda de menor valor, sería más caro importar, así que también habría inflación. Además, se produciría una fuga de depósitos, por lo que también habría problemas de liquidez”, asegura.

Federico Steinberg, estratega del Real Instituto Elcano, tampoco cree que es factible: “Sería un hecho que sienta un precedente muy peligroso”.


La UE teme un "círculo vicioso" por la crisis bancaria y de deuda y el menor crecimiento

La Unión Europea teme un "círculo vicioso" en la evolución de la economía comunitaria durante los próximos meses debido al agravamiento de la crisis de deuda, los crecientes problemas de los bancos para financiarse y la ralentización del crecimiento desde el segundo trimestre.

Para contener los "crecientes riesgos" en el sistema financiero, los ministros de Economía de los Veintisiete discutirán, en la reunión que celebran en la ciudad polaca de Wroclaw el 16 y 17 de septiembre, la posibilidad de reforzar el capital de las entidades europeas.

Para ello se plantean incluso utilizar ya dinero del fondo de rescate de la UE, una vez se ratifique su flexibilización, según se recoge en el documento que servirá de base para el debate, al que ha tenido acceso Europa Press.

Los responsables europeos admiten que tanto las pruebas de estrés a la banca como los acuerdos del Eurogrupo del 21 de julio para reforzar el fondo de rescate "no han sido suficientes para restaurar la confianza". Y el margen de maniobra para afrontar las turbulencias es mucho menor que al principio de la crisis en 2008-2009, afirma el informe, elaborado por el Comité Económico y Financiero, que reúne a los viceministros de Economía de los 27.

"El riesgo de un círculo vicioso entre deuda soberana, financiación bancaria y evolución negativa del crecimiento resulta claro ahora, en un momento en que el margen de maniobra es considerablemente más limitado que en 2008-2009", resaltan los altos funcionarios de la UE.

En este sentido, el informe señala que la crisis de deuda "ha entrado en una nueva fase" marcada por un aumento de la incertidumbre sobre la sostenibilidad de la deuda de Grecia. El contagio, prosigue, "se ha extendido durante el verano a la deuda de algunos de los grandes países de la eurozona, especialmente España e Italia" y, "como resultado de esta presión de los mercados", ambos países han debido tomar más medidas de ajuste.

Recapitalizar y reestructurar los bancos

Las pruebas de resistencia de julio "no han sido suficientes para restaurar la confianza en las actuales condiciones turbulentas" y han quedado "obsoletas" porque el escenario de estrés en la cartera de deuda soberana ha sido ampliamente superado por los acontecimientos.

Todo ello, alerta la UE, puede "provocar un peligros bucle negativo entre el sector financiero y la economía real a través del cual los problemas de financiación y la creciente aversión al riesgo de los bancos puede llevar a un desapalancamiento negativo que genere una contracción del crédito, en algunos Estados miembros, con consecuencias para la recuperación económica y la calidad crediticia de los activos bancarios".

Teniendo en cuenta estas "dificultades de financiación" para el sector bancario de la UE, los dirigentes comunitarios se plantean llevar a cabo operaciones de recapitalización incluso de las entidades que han aprobado los exámenes de resistencia.

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