Thursday, September 15, 2011

Ahí viene Peña

En Privado

Joaquín López-Dóriga

No escuchan, son autorreferenciales.
Florestán

En el encuentro que tuvieron los gobernadores del PRI con su presidente y cuadros dirigentes, se escuchó la voz del viejo líder cetemista Joaquín Gamboa Pascoe: Yo tengo una asamblea de diez mil personas y sólo quiero que me digan ya por quién me tengo que pronunciar, decía mirando frente a frente a Enrique Peña Nieto.

Humberto Moreira intervino para decirle hay que esperar los tiempos que marca la ley, le habló del IFE, del Cofipe, y Gamboa Pascoe le interrumpió. Yo no sé ni madres de eso, es más, me importa una chingada eso del IFE y Cofipe que ni conozco ni me importa. Sólo díganme por quién me tengo que pronunciar, insistía al estilo del viejo priismo y del desaparecido Fidel Velázquez y sin dejar de encarar a Peña Nieto.

El emplazamiento del secretario general de la CTM retrata la ola inercial que domina y mueve al PRI en donde Enrique Peña Nieto se ha convertido en su candidato único al interior y a vencer en el exterior.

A estas alturas no veo un sólo priista que se oponga a esta candidatura, que tomará forma en tres tiempos: cuando hoy en el teatro Morelos de Toluca Eruviel Ávila reconozca la labor de quien por la noche será su antecesor, cuando la semana que viene haga el anuncio público, y en la sesión del Consejo Político del PRI, el 8 de octubre, que definirá el procedimiento de selección de candidato, que ya tienen.

De irse por el candidato único por aclamación vía delegados, ese mismo día estará lista su candidatura, lo que le complicaría el tránsito en medios de aquí a diciembre; de abrirse a un proceso interno con otro precandidato apalabrado y consciente de su rol de acompañamiento y sacrificio, la ley le abriría los medios durante esos meses de secas.

En fin que, independientemente de los tiempos y de las formas, la candidatura de Peña Nieto a la Presidencia de la República es un hecho consumado, es como un alumbramiento: es un proceso natural, ya no depende de la voluntad de nadie, es sólo cuestión de tiempo y es irreversible e inminente.

Retales

1. OTRO. El que llegará hasta el final en el PAN es el gobernador de Jalisco, Emilio González. En cuanto terminen los Juegos Panamericanos, el 30 de octubre, pedirá licencia para ir tras la candidatura presidencial panista. La confirmación pública la hizo ayer;

2. CUATRO. Todo indica que serán cuatro los que lleguen al proceso interno del PAN: Josefina Vázquez Mota, Santiago Creel, Ernesto Cordero y Emilio González. Todos dicen que debe ser una final parejera, de dos, pero ninguno está dispuesto a bajarse; y

3. PENCOS. Gustavo Madero había dicho que había convocado a Fernando Larrazabal a pedir licencia a la presidencia municipal de Monterrey, a lo que éste se negó y por eso anoche le suspendieron sus derechos partidistas, pero seguirá de alcalde.

Peña Nieto gritará hoy: “¡Síganme mis valientes!”

La historia en breve

Ciro Gómez Leyva

Este mediodía tendrá lugar en el Teatro Morelos de Toluca el lanzamiento de la candidatura presidencial de Enrique Peña Nieto.

Nadie lo va a investir, pero la cargada apoteósica no dejará lugar a dudas. El PRI, todo el PRI, quiere todo con él y hoy le dejará constancia de que ansía entregársele frenéticamente.

Peña Nieto concluye su gestión como gobernador del Estado de México y se ha organizado un día entero de fiesta. Ningún priista con aspiraciones a lo que sea querrá dejar pasar la oportunidad de ser visto y tocado por el “hombre”, el “líder indiscutido” que, están convencidos, los llevará de vuelta a Los Pinos y palomeará listas y repartirá chambas. Once años de gobiernos panistas no sirvieron para erradicar la cultura de la cargada, la bufalada.

Gobernadores, legisladores, presidentes municipales, la CTM, la CNC, la propia CNOP suspiran por adorarlo. Peña Nieto formalizará sus intenciones al regresar de las fiestas patrias. El Consejo Político del partido le hará un traje a la medida el 8 de octubre y lo demás será un formalismo. Como Vicente Fox en el PAN hace 12 años, como Andrés Manuel López Obrador en el PRD hace seis, se ha impuesto en su partido mucho antes de que se conozcan las reglas de la competencia.

Sin semifinalista enfrente, podrá concentrarse en diseñar y preparar la estrategia para vencer a Cordero, Creel, Josefina, Ebrard o López Obrador. Y eso excita a los tricolores. No vivían algo así desde 1993 con Luis Donaldo Colosio.

Por eso hoy cuando les grite en Toluca “¡síganme mis valientes!”, no habrá priista en sus cinco sentidos que prefiera pasar por cobarde o, peor, por disidente ante Enrique Peña Nieto.

La cargada no estaba muerta. Como dicen en Toluca, nomás estaba atarantada.

Ebrard se equivocó; es Martí, no mártir

El despido de Batres no fue una sorpresa, estaba resuelto desde hace varias semanas.

Humberto Musacchio*

La destitución de Martí Batres como secretario de Desarrollo Social no tenía por qué ser sorpresiva. Simplemente se atrevió a recordar que el PRD considera que Felipe Calderón carece de legitimidad, de donde se desprende que la presencia de Marcelo Ebrard en un acto no oficial del Ejecutivo federal y el saludo entre ambos contraviene lo acordado por el partido del sol azteca.

Ebrard arguyó que estaba obligado a asistir en su papel de presidente de la Conferencia Nacional de Gobernadores, la que ni siquiera fue invitada, pues los mandatarios de las entidades recibieron invitaciones particulares y circula en las redes una declaración de Marcelo según la cual sus colaboradores no pueden opinar sobre lo que hace él, que es su jefe.

El despido de Martí estaba resuelto desde hace varias semanas. Tan es así, que en el directorio del Gobierno del DF, documento que se ha repartido profusamente a los comités ciudadanos, no aparece Martí Batres (tampoco Benito Mirón Lince, otro de los funcionarios non gratos a Ebrard). Es extraño que se deje fuera a Batres, titular de la Secretaría de Desarrollo Social, dependencia que operaba exitosamente sus programas.

Casa Taller para la Vida , uno de esos programas, se encarga de los albergues para la población “en situación de calle”. Ahí se han echado a andar cursos que ha permitido a un número creciente de niños y jóvenes terminar la primaria, la secundaria y aun el bachillerato. Varios de estos jóvenes se han incorporado a la vida productiva y es muy elocuente que hayan sido contratados por hoteles de lujo.

En la misma línea está el Seguro contra la Violencia Familiar, que da asistencia jurídica y sicológica a mujeres maltratadas, les proporciona mil 500 pesos mensuales mientras dura el juicio y las capacita para que se incorporen a la vida productiva.

El programa de uniformes escolares representa un beneficio en dos sentidos para la población más necesitada. Da a cada niño dos uniformes al año y una buena parte de esta vestimenta es producida por cooperativas de producción creadas por la Secretaría de Desarrollo Social, lo que en este rubro beneficia a un millón 200 mil escolares.

Durante la gestión de Martí Batres se abrieron 260 de los 350 comedores comunitarios existentes. Estos tienen carácter autogestivo, reciben del gobierno alimentos no perecederos y con sus propios recursos adquieren los perecederos. Venden la comida en diez pesos y se ha beneficiado a un millón 700 mil personas.

El programa más exitoso es el de Mejoramiento Barrial, que funciona con una inversión mínima y mediante el trabajo comunitario. En 2009 recibió el premio del Observatorio Internacional de la Democracia Participativa, de Barcelona; al año siguiente el Urban Age que otorga el Banco Alemán y en 2011 el Premio Mundial del Hábitat de la ONU y la Fundación para la Construcción Social de Vivienda, organismo con sede en Londres.

A Ebrard le urgía deshacerse de un funcionario tan eficaz, pues su delfín es un perfecto ejemplo de grisura. Ya lo hizo y Andrés Manuel López Obrador tuvo que apechugar, pues se especula que él y Ebrard llegarán a un acuerdo para que el primero tenga la candidatura presidencial del PRD y el otro la dirección de la fracción aurinegra en el Senado y la facultad de imponer a su delfín en el gobierno de la ciudad. Pero quienes así piensan se adelantan a los hechos. Por lo pronto, el domingo pasado, en un mitin de apoyo a Martí, había una manta que decía: “Gracias Marcelo: nos quitaste un secretario y nos diste un candidato”.

¡Lárguense!

¿El presidente municipal de Monterrey, Fernando Larrazabal, hoy bajo la sombra de la corrupción, merece continuar?

Martín Moreno

“La política es demasiado seria como para dejarla en manos de los políticos”, reza la frase. Y es justo ahora cuando mejor se aplica, al ver la vergonzante e indigna actuación de algunos gobernadores, alcaldes y legisladores que, si por los ciudadanos fuera, ya estarían en su casa. Los Larrazabal, Medina, Chuayffet y compañía no resistirían una reelección.

¿El presidente municipal de Monterrey, Fernando Larrazabal, hoy bajo la sombra de la corrupción, con su hermano Jonás ligado a transacciones financieras —mordidas, pues—, merece continuar? No. La encuesta de BGC-Excélsior arroja que 59% pide que deje el cargo. “Si no se retira, puede haber expulsión”, advirtió José Luis Luege. Ni los panistas lo quieren. Si el PAN pretende recuperar confianza, debe separar de su cargo al alcalde regio.

¿El gobernador priista, Rodrigo Medina, debería seguir en el Palacio de Gobierno, ante la evidente descomposición social y dominio de la criminalidad en la que han caído Monterrey y sus alrededores? No. Medina no ha podido con el paquete. Y punto. Aferrarse al puesto solamente contribuirá a un naufragio mayor de la seguridad en Nuevo León.

¿Es Emilio Chuayffet —emblema del PRI más añejo y mañoso, que salió por la puerta trasera de la Secretaría de Gobernación tras su torpeza histórica al sabotear y anular los acuerdos de San Andrés Larrainzar y, hoy, nuevo presidente de la Cámara de Diputados—, el síntoma más alentador para la política mexicana? No. Chuayffet es una amenaza para la democracia en 2012. Significa la vieja forma de hacer política: si no pierdo, arrebato. Primero el PRI, luego el país. ¡Ah, pero es enviado de Toluca! Sobran palabras.

A Larrazabal, Medina y Chauyffet los une un lazo: el hartazgo ciudadano. Los nuevoleoneses se han juntado por miles en la Macroplaza para gritar: “¡Ya estamos hartos del gobernador y del alcalde! ¡Lárguense! ¡Fuera Rodrigo Medina!” Y ya recolectan firmas para que se vaya.

Y el mexiquense es uno de los legisladores más improductivos en la historia de las legislaturas. ¿Quién recuerda algo positivo de Emilio Chauyffet? Nadie.

Pero no son los únicos.

Allí están los Mario Marín o Ulises Ruiz, quienes difícilmente hubieran librado la reelección. O legisladores que han utilizado la curul para privilegios personales, como Emilio Gamboa Patrón, quien no registra una propuesta legislativa, discurso o postura que haya beneficiado realmente a los mexicanos. El perredista Zeferino Torreblanca, en Guerrero, seguramente tampoco habría sido reelecto en la gubernatura. ¿O el michoacano Godoy, el tamaulipeco Eugenio Hernández o el duranguense Hernández Deras, hubieran sido ratificados?

Aún más: ¿se hubiera votado por Felipe Calderón para ser reelecto en la Presidencia, si la figura de la reelección existiera en México, inclusive, para los presidentes?

De ahí la urgencia para votar por la reforma política ya aprobada en el Senado, pero que han atorado —por órdenes del todavía gobernador Enrique Peña Nieto— los diputados priistas. ¿La razón? El miedo al escrutinio ciudadano tras ser evaluados. Seguramente muchos no serían reelectos.

En esa reforma se incluyen las candidaturas ciudadanas. ¿Y para qué las queremos?, dicen los priistas. ¿Por qué postular a los Juan Ramón de la Fuente, Isabel Miranda de Wallace o Alejandro Martí, si allí están los Chuayffet, Gamboa Patrón o Rojas Gutierrez? Los reciclables.

Por eso debe aprobarse la reforma política congelada por los priistas en San Lázaro. Apoyar a organismos ciudadanos como Reelige o Castiga, que impulsa la reelección de gobernadores, alcaldes o legisladores, así como las candidaturas ciudadanas.

De lo contrario, seguiremos sufriendo los cinismos de los Larrazabal, Medina, Chuayffet y compañía.

ARCHIVOS CONFIDENCIALES

*LOS AZULES. “El PAN no tiene dueño”, advirtió Josefina Vázquez Mota. ¿Mensaje a Los Pinos? Lo cierto es que el grupo que “couchea” a JosefinaCarlos Medina Plascencia, Ernesto Ruffo, Rodolfo Elizondo— ha decidido no ceder a Ernesto Cordero un centímetro de la competencia electoral dentro del panismo. ¿Y Santiago Creel? Si bien registra un estancamiento en la intención de voto, sus grupos de apoyo dentro del panismo no son desdeñables. Desde ahora se vislumbra un escenario: si Creel no crece y Vázquez Mota sigue repuntando, ¿aguantarían el delfín de Los Pinos, el aparato de gobierno y, sobre todo, la voluntad presidencial, una declinación de Santiago en favor de Josefina?

*DORANTES. Cuatro años y siete meses ha pasado en prisión el fotógrafo Sergio Dorantes, acusado del asesinato de su esposa, Alejandra Dehesa. Ante la inconsistencia en las pruebas y la fabricación de un “testigo” que reconoció haber recibido dinero para culpar a Sergio, procedería legalmente el desistimiento de la PGJDF. Hay elementos para ello.

El lastre de Peña Nieto

En unas horas, iniciará su periplo en busca de la candidatura presidencial del PRI y, como consecuencia, el regreso priista al poder.

Ricardo Alemán

En pocas horas, Enrique Peña Nieto habrá concluido su gestión al frente del gobierno mexiquense. Horas después, arrancará su periplo en busca de la candidatura presidencial del PRI y, como consecuencia, por el regreso del priismo al poder presidencial.

Como todos saben, todas las encuestas colocan hoy a Peña Nieto como el más aventajado de los aspirantes presidenciales de todos los partidos. Más aún, si hoy se realizara la elección presidencial, sin duda el vencedor sería Peña Nieto. Sin embargo, faltan poco menos de diez meses para el 1 de julio de 2012 y, a querer o no, muchas cosas pueden pasar, sobre todo en el PRI.

Y viene a cuento la observación porque, a pesar de lo que dicen las encuestas en torno al gobernador y ex gobernador mexiquense —se le debe dar el doble carácter, porque hasta el mediodía de hoy será gobernador y luego de esa hora será ex gobernador—, en el PRI se han prendido los focos rojos que, de no ser atendidos y apagados a tiempo, podrían terminar en tragedia.

El primero de esos focos rojos se llama Eruviel Ávila, el flamante gobernador mexiquense y sucesor de Peña Nieto, cuya selección como candidato resultó todo un éxito para Peña Nieto. Y, en efecto, el ex alcalde de Ecatepec, no sólo era el mejor candidato, sino que fue la mejor decisión. Ganó la elección de manera arrolladora y no requirió más que una dosis elemental de pragmatismo, para llevarse el triunfo. Hoy Eruviel Ávila ya es gobernador mexiquense, pero aún tiene nerviosos a algunos. ¿Y qué quiere decir eso?

Que nadie sabe qué clase de gobernador va a resultar: si estará a la altura de las expectativas que despertó su candidatura, si será capaz de entender el papel que va a jugar en los próximos diez meses —en tanto gobernador de la entidad más poblada del país, en tanto cerco geográfico, poblacional, industrial y político del DF, y en tanto sucesor de Peña Nieto— y si podrá con el paquete de “estirar la cobija mexiquense” hasta el Distrito Federal, bastión fundamental para Peña Nieto.

En realidad el gobernador Eruviel Ávila tiene una carga formidable sobre sus espaldas, cuando el candidato presidencial es el primer mexiquense que tendrá la posibilidad real del regreso del PRI a Los Pinos. ¿Estará a la altura de esa responsabilidad el gobernador Ávila? ¿Es cierto o falso que el sucesor de Peña Nieto podrá ser un lastre para las aspiraciones de Peña Nieto? Muchos creen en las habilidades de Ávila, pero el tiempo tiene la respuesta.

En donde no hay que esperar “que el tiempo hable”, es en el caso de Humberto Moreira, el zarandeado líder nacional del priismo. ¿Por qué? Porque en el PRI está claro para todos que Moreira se ha convertido en un lastre para las ambiciones y la estrategia de Enrique Peña Nieto.

Y es que no es secreto que los antecedentes de Moreira como gobernador de Coahuila, sus excesos locales —que hacen ver a esa entidad como una copia del PRI de los años 50—, los abusos de heredar el poder estatal a su hermano, de concebir el poder de esa entidad como un patrimonio familiar —repartir el poder entre la parentela y hasta bautizar obras públicas con los nombres de la familia—, además de la escandalosa deuda de su gestión, son “bombones” para el PAN y el PRD, que ven en Moreira el gobierno que haría Enrique Peña Nieto, si gana la elección de 2012.

Es decir, que antes de arrancar la elección del candidato presidencial del PRI, a diez meses del 1 de julio de ese 2012, Humberto Moreira ya es un lastre, no sólo para el PRI, para la candidatura presidencial del partido tricolor, sino de manera especial para Enrique Peña Nieto.

Y según no pocos jefes del tricolor, si el ex mandatario mexiquense no hace una operación mayor de ingeniería política, le habrá entregando al PAN y al PRD, en bandeja de plata, los misiles para destruir la candidatura presidencial de Peña Nieto.

Pero tampoco es todo. Hay otros focos rojos, nada fáciles de resolver. Todos saben que Alfonso Navarrete Prida es uno de los principales operadores de Peña Nieto en San Lázaro. Pues resulta que el legislador mexiquense se aventó la puntada de dar como presidente a Peña Nieto y advertir, palabras más o menos, que en materia presupuestal, el PAN y el PRD deben acostumbrarse a negociar con Peña. El desliz cayó como bomba en Los Pinos y en el Palacio del Ayuntamiento. Y, claro, suenan los tambores de guerra. ¿Hasta cuándo tirará el lastre Peña Nieto?

EN EL CAMINO.

El Zócalo es de todos, otra vez. Pero Marcelo Ebrard está feliz. Ganó un aliado estratégico, sin despeinarse. Al tiempo.

Nace el candidato Peña

Creo que el mayor desafío que tiene en esta nueva etapa pueden ser muchos de los peñistas. Hay una intención de cerrar el círculo en torno suyo.

Jorge Fernández Menéndez

Hoy se inicia, en los hechos, la verdadera lucha electoral con miras a 2012.

No es casualidad que en el penúltimo día de la gestión de Enrique Peña Nieto en el gobierno del Estado de México se haya finalmente desatorado la reforma política que un año atrás había votado el Senado ni que la despedida del gobernador haya sido la más festejada que se recuerde en la historia reciente del PRI. Peña dejará hoy el gobierno e inmediatamente comenzará su precampaña presidencial y, sobre todo, el siempre difícil, para el priismo, tránsito entre septiembre y noviembre, cuando en los últimos cuatro sexenios ha sufrido, siempre, rupturas dolorosas. Es un desafío ir atrás en las encuestas, pero también partir con demasiada ventaja. Si creemos en los números de los principales encuestadores, la ventaja de Enrique en estos días es de por lo menos 20 puntos. Con el tiempo, esa distancia tenderá a reducirse: su gran desafío es administrarla y no permitir que pase la sorpresa, la expectativa, hacia otro contrincante. Le ocurrió a López Obrador.

Llega hoy al Edomex Eruviel Ávila que, como otros gobernadores que ya asumieron su responsabilidad, estoy pensando en Javier Duarte de Veracruz, Roberto Borge de Quintana Roo o desde las oposiciones en Gabino Cué de Oaxaca o Rafael Moreno Valle en Puebla, entre otros, es parte de la nueva clase política del país. Peña Nieto sobre todo (pero también cualquiera de sus contrincantes, llámense Vázquez Mota, Cordero o Ebrard) deberá asentarse en esa nueva clase política y en el caso del mexiquense la está construyendo en torno suyo de una forma evidente. El caso de Eruviel es particularmente interesante porque modificará, por origen y carrera, las relaciones de poder en el Edomex y también la relación tanto con el DF como con la Presidencia de la República. Y tiene que hacerlo mostrando un margen importante de independencia.

Creo que el mayor desafío para Peña en esta nueva etapa pueden ser muchos de los peñistas. Hay una intención de cerrar el círculo en torno al candidato, incluso excluyendo a distintos sectores del priismo, hay la intención de muchos de mostrarse como interlocutores directos, aunque no lo sean, y eso complica cada día más llegar directamente a Peña y termina generando aislamiento del candidato que comienza a vivir en una burbuja. Le ocurrió en su momento a Colosio (también al candidato Zedillo, pero esa fue una decisión personal suya), pero fue mucho más notorio con Labastida cuando fue candidato. El entorno y los adversarios internos mataron más su candidatura que el discurso de Fox. La peor tentación que podrá tener Peña, en esta etapa que comienza, será jugar a la defensiva, cuidarse, no arriesgar nada, dejar que otros lleven la iniciativa.

Algo de eso ocurrió con la actitud ante el paquete económico. La primera reacción del priismo, de un rechazo total a la propuesta, fue contraproducente porque, además, partía de algunas, no todas, bases erradas. Los estados y los municipios pueden pedir más, pero también deben dar una respuesta ante sus respectivas deudas. Sí se requieren más apoyos en distintos ámbitos, sobre todo en seguridad, pero cómo explicar entonces que esos mismos estados y municipios estén regresando recursos a la Federación porque no pueden cumplir con los compromisos adquiridos en la materia. Cómo exigir más espacios de poder y querer asumir menos responsabilidades, entre ellas la siempre ingrata de cobrar impuestos locales. Pero, después de la primera reacción, el PRI creo que revisó los números y vio que las modificaciones que podía proponer debían ir por otros cursos y modos, y que era mucho más positivo para su causa un discurso constructivo, más reformador que confrontador. No se puede jugar, desde el gobierno o desde la oposición, con la economía, porque ni el país ni el mundo lo permiten. En ese mismo sentido pareciera que se abrió finalmente paso a la reforma política.

Se abre el verdadero proceso electoral, además, en una jornada de Fiestas Patrias en la cual buena parte de las principales plazas del país estarán en alerta por las posibilidades de atentados de grupos del crimen organizado. No es un dato menor: la seguridad y la economía marcarán la política de este año electoral.

Hablando de fiestas cívicas. ¿No le parece patético que el gobierno le libere todos sus recursos, y les entregue desde el principio 21 millones de pesos a un grupo que tenía secuestrado el Zócalo para que lo libere y permita esas festividades? ¿Esa es la norma: chantajear para lograr objetivos políticos y económicos? Qué mala negociación gubernamental.

Lucha de excreciones

Todos contra todos en la política mexicana. ¿Vamos a aguantar este patético espectáculo que huele a pura inmundicia?

Leo Zuckermann

Qué patético es observar a la clase política mexicana pelearse por ver quién es el peor. Una lucha de deyecciones donde todos acaban defecados. El primero le avienta excreciones al segundo quien le regresa estiércol. El tercero guarda silencio porque sabe que si arroja boñigas a los dos primeros, éstos se voltean y le lanzan evacuaciones. Todos contra todos. ¿Vamos a aguantar este patético espectáculo que huele a pura inmundicia?

El gobierno panista filtra una información explosiva. Resulta sospechoso que lo hagan hasta ahora pero, en fin, el hecho es que el ex gobernador de Coahuila, hoy presidente nacional del PRI, endeudó a su estado de manera truculenta e irresponsable. Durante su gestión, Humberto Moreira multiplicó por cien la deuda. En este proceso mintió y presuntamente falsificó documentos oficiales. Sin embargo, en Coahuila no pasa nada porque Humberto le heredó el poder a su hermano Rubén. El clan familiar controla la política estatal incluido el Congreso local que rápidamente legaliza una deuda que, por cierto, no queda claro adónde fue a parar. Algo se desembolsó para pagar gasto corriente y de inversión, pero también aparecen casos extraños de enriquecimiento inexplicable. Funcionarios de la administración de Moreira pasaron a ser multimillonarios de la noche a la mañana. Uno de ellos, pieza fundamental en el entramado, se encuentra fugado.

El presidente nacional del PRI se encuentra en problemas. No sabe cómo contestar. Otrora dicharachero y peleonero, Moreira guarda silencio. Y, en eso, ocurre el incendio en Monterrey que deja 52 muertos. El acto criminal destapa una cloaca: la corrupción de los casinos en México. El caso más sonado es el del alcalde panista de Monterrey. Mientras Fernando Larrazabal combate los centros de apuesta, su hermano, Jonás, recibe dinero sospechoso en uno de los casinos. ¿Para qué? Jonás argumenta que se trata del pago por unos quesos oaxaqueños que vende. Por su parte, Fernando alega que se trata de una trampa que le tendieron los casinos a su administración.

Los reflectores mediáticos han cambiado de dirección: de Moreira a Larrazabal; del priista al panista. El PAN, que en vista de la próxima elección quiere diferenciarse del PRI, le solicita al alcalde regiomontano que se separe temporalmente del cargo para enfrentar las acusaciones de presunta corrupción en su gobierno. Larrazabal los manda a volar. Dice que no se va. En el ínterin aparece más información para seguir echando heces a los panistas: resulta que Larrazabal es el operador político en Monterrey de la campaña del precandidato calderonista a la Presidencia, Ernesto Cordero. El PRI está de fiesta. Los tricolores se pitorrean de Larrazabal y Cordero. Al mismo tiempo, defienden a su líder nacional: argumentan que Moreira es una blanca palomita.

Cordero, en su primer discurso ya como precandidato, ataca “al PRI de la inmoralidad de Mario Marín, del autoritarismo de Ulises Ruiz y de la irresponsabilidad de Moreira”. El dirigente nacional del PRI le revira al aspirante panista: “Es un cínico que huele a juego de casino, y hay que ver qué vínculos tiene con los casinos”. Cordero contraataca: “Yo invitaría al representante del nuevo PRI, Humberto Moreira, a que en lugar de andar de ocurrente nos diga en qué se aplicaron y dónde están los 33 mil millones de pesos con los que endeudó al estado de Coahuila”. Pum, pum, pum.

Y el tercer luchador de esta pelea, el de la izquierda, se queda muy calladito porque así se ve más bonito. Sabe que si se mete, los priistas y los panistas le recordarán al público que el afamado “señor de las ligas”, René Bejarano, al que vimos cómo se metía en sus bolsas el dinero que le dio un contratista del Distrito Federal, de nuevo es miembro del PRD. De hecho, es uno de los políticos con más peso dentro del partido.

Bienvenidos a la lucha por el poder en México. Una pelea de excreciones que apenas comienza. Y lo que viene…

¿Vamos a aguantar tanta mierda?

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