Monday, May 9, 2011

Desde Chile para el Congreso mexicano

Desde Chile para el Congreso mexicano

Por Ricardo Valenzuela

Una mina se derrumba en Coahuila atrapando un grupo de mineros. Calderón recibe a otro grupo de mineros chilenos para ayudar en esta tragedia.

Durante los últimos casi 40 años mucho se ha hablado del Chile de Pinochet. Sin embargo, no hay discusión en que ese país fue el precursor de las reformas que años después implementaron la mayoría de las democracias del mundo, para salir del terremoto que produjo la era Keynesiana que lo dejó en harapos. Eso convirtió a Chile en el ejemplo de América Latina mientras el resto de sus países luchaba por sobreponerse a las letales herencias de sus perfectos idiotas latinoamericanos. El ejemplo más patético del fracaso de las revoluciones proletarias del Siglo XX tal vez sea Rusia, aunque México no se queda muy atrás. Hagamos pues un ejercicio intelectual involucrando a estos tres países.

Rusia, después de pasos inseguros, inició un esfuerzo sobrehumano para encontrar la ruta de recuperación del infierno creado por 70 años de comunismo. Entre las acciones audaces del ex Presidente Putin, fue invitar como asesor a José Piñeira uno de los economistas de Pinochet. “Lo que Rusos necesitaba a principios del siglo no era la revolución Bolchevique, sino una estilo americano, en lugar de Lenin, lo que los rusos necesitaban en esos momentos era un Jefferson.” Afirmó el economista.

Ante el nuevo Politburó Piñeira describió cómo el modelo de mercado libre chileno le permitió crecer a un ritmo promedio de 8% de 1984-1999, reduciendo el número de gente viviendo en la pobreza de 45% a un 20%. También liberó las fuerzas que finalmente le surtieron la democracia liberal y el estado de derecho. El afirma que el secreto de Chile fue el grupo de forjadores de las políticas responsables del “milagro chileno,” no la bota de Pinochet. Debido a los paralelos entre México y Rusia, consideramos los consejos de Piñeira para Putin, igual de válidos para Calderón.

Después de pulsar la situación de Rusia, el chileno le describió a Putin cómo los esfuerzos de su gobierno urgentemente se debían concentrar en establecer una reforma similar a la de Chile, con especial énfasis en varios campos: La privatización del sistema de pensiones, una reforma fiscal integral, un programa más radical de desregulación, y el reemplazo del Rublo por un sistema monetario funcional. Este mismo concepto se aplicó en Chile y Nueva Zelanda lo que produjo la prosperidad y sus economías son ejemplos de éxito, eficiencia y modernidad.

No hay una forma más efectiva para promover libertad, responsabilidad y, sobre todo, la creación de un mercado de capitales, que permitiéndole a la clase trabajadora retener y manejar sus ahorros en vez de entregárselos al gobierno. El sistema de pensiones de Rusia—manejado por el gobierno—estaba a punto de la quiebra. Inflación, impuestos y mal manejo, habían dejando a los rusos en la calle antes de su retiro de la fuerza de trabajo. Piñeira propuso el mismo programa de privatización implementado en Chile. El impacto más importante de dicha reforma, es la creación de trabajadores propietarios que favorecen una economía de mercado. Esto puede provocar un círculo virtuoso en el que los trabajadores invierten en el mercado de capitales, ese mercado se consolida, y los mercados inviertan en Rusia a medida que se desarrollan los sectores financiero y corporativo.

El estado Ruso había establecido un sistema impositivo criminal para su economía. Piñeira recomendaba un solo impuesto fijo al valor agregado sin excepciones. Esto promovería la creación de empleo, las inversiones, y un sector privado mucho más transparente. Al tener más empresas operando abiertamente, sería también más fácil para los bancos domésticos e internacionales, ofrecer crédito contando con formas confiables de analizar las situaciones financieras de las mismas. La economía del país se vería vigorizada de una forma impresionante. Desde hace años Rusia mantiene un solo impuesto (flat tax).

La economía rusa era dominada por monopolios estatales y empresas de los oligarcas protegidas. Una desregulación agresiva y total que incluyera la libre participación de firmas rusas y extranjeras en los diferentes sectores, así como la eliminación de sus trámites burocráticos y terminar con las privatizaciones, le daría al país la clase de competencia que requiere su economía para hacerla efectiva. Esta desregulación le daría también transparencia en sus estándares contables, sus prácticas legales y aun en sus actitudes culturales. De esa forma el sistema financiero con gran eficiencia canalizaría recursos de ahorro a las actividades productivas. Permitiría también que firmas ineficientes quebraran generando incentivos para competir—a través de transacciones más transparentes y menos costosas—logrando de esa forma una inversión más eficiente de recursos.

“En la Rusia actual no habrá economía, sistema financiero, o sector privado que funcione a menos que se lleve a cabo una reforma monetaria integral”, afirmó Piñeira. El récord del Banco Central de Rusia era desastroso; desconfianza, altos periodos de inflación, devaluaciones, y el colapso del sistema financiero después de que el Banco había gastado más de 10 billones de dólares en su fallado intento de rescatar el rublo. Para salir de este circulo vicioso, Piñeira recomendó adoptar un sistema monetario respaldado con metales. De un solo golpe Rusia adaptaría una moneda fuerte, podría reducir sus intereses y le daría a millones de inversionistas domésticos e internacionales seguridad en sus transacciones.

Esto también le daría a la gente la posibilidad de hacer planes a futuro y estimularía la creación de mercados de crédito a largo plazo, incluyendo hipotecas que en estos momentos no existían. Con el nuevo sistema, un sector bancario liberalizado e integrado al mundo financiero internacional y una competencia domestica profesional, le permitiría a Rusia el usar sus ahorros y los del mundo para propósitos productivos. No hay duda de que la inversión extranjera fluiría en cascada con una moneda fuerte y respaldada.

Atacando estos cuatro sectores, afirma Piñeira, Rusia podría iniciar su propia revolución y, removiendo esos obstáculos artificiales al crecimiento, desataría la energía creativa de los rusos para que edifiquen su futuro. Si no lo hace, Rusia tendrá que esperar que la próxima generación tome el mando, mas no sabemos si la presente estará dispuesta a esperar.

Cualquier parecido de lo anteriormente descrito con la realidad mexicana, no es coincidencia, es el producto de haber seguido las mismas políticas destructivas en ambos países durante casi un siglo. Por lo mismo Felipe; las soluciones no tienen que ser muy diferentes.

En lugar de los mineros chilenos que hace días arribaron a Coahuila, Calderón debería de importar a los economistas de Pinochet.

www.reflexioneslibertarias.blogspot.com

España y su déficit: Quieren subir los impuestos en vez de bajar el gasto público

España y su déficit: Quieren subir los impuestos en vez de bajar el gasto público

Deficits Por Jaime de Piniés

Libre Mercado

Parece ser que nuestro Gobierno prepara subidas de impuestos en vez de incentivar recortes en el gasto. Según el Programa de Estabilidad que se envió el pasado viernes a Bruselas, se permitirá al Estado, a las comunidades autónomas y a los ayuntamientos evitar mayores recortes del gasto si se adoptan cambios normativos que supongan un aumento permanente de los ingresos, es decir, si se aumentan de forma permanente los impuestos. Además, el programa amenaza a las comunidades autónomas que osen reducir sus impuestos ya que pueden ver limitado su techo de gasto.

Conviene tener muy claro por qué dicho programa es un despropósito mayúsculo para España. En primer término, mantener el gasto público a expensas de un incremento permanente de los impuestos sólo sirve para perpetuar una transferencia de recursos del sector que crea riqueza, el privado, al público. Detraer recursos de forma permanente al sector privado sólo frenará nuestra tasa de crecimiento potencial; y con una tasa de desempleo del 21,3%, que equivale a 4,91 millones de parados, simplemente no nos lo podemos permitir.

En segundo lugar, con más de 3,17 millones de asalariados públicos en España, un incremento neto de 1,2 millones desde el año 1996, ¿hay alguien que verdaderamente crea que todo ese personal público es necesario? Como tuvimos ocasión de analizar la pasada semana en esta columna, los informes de la UPyD demuestran que si se hubieran seguido las prácticas más eficientes, sin menoscabar los servicios sociales prestados a los ciudadanos, sólo entre las comunidades autónomas nos podríamos haber ahorrado más de 52.000 millones de euros en los últimos tres años, más del 5% del PIB nacional. A la misma conclusión se puede llegar centrando la mirada en las principales ciudades de nuestro país. Sólo en el año 2010 nos podríamos haber ahorrado más de 6.000 millones de euros, sin pérdida de prestaciones para los ciudadanos, si se hubieran seguido las prácticas más eficientes entre las 40 ciudades principales.

El déficit público en el año 2010 de las comunidades autónomas fue de 36.000 millones de euros y el de las corporaciones locales de casi 7.000 millones. Pues la ineficiencia o sobrecoste, definido como gasto público excesivo o innecesario para la prestación de los servicios sociales a los ciudadanos, representó el 56% de aquel déficit público para las comunidades autónomas y más del 86% para las entidades locales. Por lo tanto, no hace falta recortar prestaciones a jubilados, ni reducir otras prestaciones sociales a la ciudadanía, ni, insisto, incrementar los impuestos para recortar el déficit. Sólo hay que recortar el gasto estrictamente excesivo e innecesario para cumplir nuestros objetivos de déficit público.

Por último, el Programa de Estabilidad es un despropósito porque su única y verdadera función es cumplir un objetivo político: mantener contentas a las fuerzas nacionalistas que reclaman más recursos para que siga manteniéndose en pie el Gobierno del Sr. Rodríguez Zapatero.

Bin Laden

Bin Laden

Por Juan Larraín

Diario Las Americas

La muerte de este sujeto es tal vez el golpe más duro que ha recibido el terrorismo internacional desde los luctuosos sucesos del 11 de Septiembre del 2001. Este fanático, cuya mente afiebrada y retorcida lo llevó a hacerse cargo de Al-Qaeda y a dirigir, inspirar y financiar actos terroristas que pusieron en jaque al mundo civilizado, era el símbolo del radicalismo islámico que felizmente ha desaparecido.

En una operación impecable, en la que coordinaron sus esfuerzos los servicios de seguridad e inteligencia y la elite de las fuerzas especiales de la Marina estadounidense, lograron primero dar con el paradero de Bin Laden que venía eludiendo su captura por más de una década y luego eliminarlo. Gracias a la ayuda del Taliban y la complicidad de elementos afines a su causa dentro de las Fuerzas Armadas y los servicios de seguridad de Pakistán, Osama pudo establecer su base a solo 35 millas de su capital y en una localidad especialmente notoria y pasar inadvertido. Esto echa una sombra de duda sobre el grado de cooperación de Pakistán en la lucha contra el terrorismo y deja en evidencia las limitaciones de las autoridades pakistaníes para controlar las actividades de ciertas agencias gubernativas, que parecen estar coludidas con él.

Esta colusión, así como la agreste geografía y la posición asumida por grupos tribales en la frontera afgano-pakistaní, ha determinado que sea tan difícil derrotar al Taliban y secar sus fuentes de abastecimiento en armas y otros suministros que le permiten mantener vivo el conflicto en Afganistán.

Mucho se ha especulado acerca de las consecuencias de la muerte de Bin Laden y cual será la reacción de Al-Qaeda después de su muerte. Es muy lógico y prudente que tanto Estados Unidos como países de Europa y Asia hayan redoblado las medidas de seguridad y elevado la alerta en aeropuertos, puertos, monumentos, estaciones ferroviarias y otros puntos sensibles, que suelen ser los blancos predilectos de atentados terroristas. Sin embargo, es también muy posible que la organización este todavía bajo el impacto de lo sucedido y no haya podido articularse aun el esquema de sucesión alrededor de Al-Zawahiri, quien era considerado como el lugarteniente de Osama. En este sentido, se ha sabido que hay sectores dentro de la organización que no lo reconocen como tal lo cual, de ser cierto, complicara el proceso de asuncion de una nueva directiva.

Por otra parte, desde hace algún tiempo se cree que Al-Qaeda no es ya una organización jerarquizada y con un comando central. Si bien de allí surgiría la inspiración ideológica y las grandes líneas de acción, se habría producido una suerte de metástasis sobre la base de células activas o dormidas, que se encontrarían esparcidas a través del mundo esperando el momento para llevar adelante el hijad...

En todo caso, cualquiera sea la realidad, lo concreto es que la muerte de Bin Laden representa una derrota contundente no solo para la organización que él lideraba, sino también constituye una clara advertencia para todos los terroristas. Los hechos han demostrado que la mano de la justicia es larga y puede ser lenta, pero finalmente llega y estos criminales recibirán tarde o temprano su merecido. Independientemente de su propósito, supuestas causas o explicaciones que se le quieran atribuir, el terrorismo no tiene justificación alguna y es un delito que tiene hoy jurisdicción internacional. Esto quiere decir que todos los Estados Miembros de Naciones Unidas tienen la obligación de combatirlo y cooperar estrechamente entre si para prevenirlo y erradicarlo, impidiendo que quienes lo practican encuentren refugio en sus territorios o sirvan de base, imposibilitando sus desplazamientos, acceso a financiamiento y a toda clase de implementos -sean estos nucleares, químicos o bacteriológicos- que puedan ser utilizados para cometer actos terroristas.

El terrorismo, lamentablemente, no desaparece con Bin Laden y el mundo deberá continuar viviendo bajo la amenaza de este flagelo. Pero tampoco podemos identificarlo con una etnia, cultura o religión que ha sido desfigurada por un grupo de insanos que se la han apropiado y la interpretan a su manera. Será tarea de los propios musulmanes, cuya inmensa mayoría rechaza el terrorismo y no quiere verse identificada con él, de tratar de limpiar la casa y aislar a esos desalmados que tanto daño le han hecho a sus creencias.

* * *

*El autor es profesor de la Universidad de Miami y ex Embajador de Chile en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la OEA.

No comments:

Post a Comment