Tuesday, May 10, 2011

Inhabilitan a 130 policías

Inhabilitan a 130 policías por nexos con narco en México

Policías México

Por sus presuntos nexos con el narcotráfico fueron inhabilitados 130 policías del municipio de Acámbaro, Guanajuato.

- AFP
México defiende lucha contra narco

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Limpia en corporación

MEXICO - Unos 130 policías de Acámbaro, la mitad de todos los que hay en ese municipio, fueron inhabilitados por agentes del central estado de Guanajuato, al que pertenece, para examinarlos por sus posibles nexos con el crimen organizado, dijeron fuentes municipales.

"Detuvieron a alrededor de 130 elementos policíacos, los resguardaron las fuerzas de seguridad en las bases de aquí y dejaron a la ciudad sin policías", dijo Linette Rubio, portavoz del municipio.

120 más siguen en funciones

"El argumento que promueve la Procuraduría de Justicia es que están haciendo una limpia al interior de los cuerpos policíacos, pero lamentablemente sus métodos para hacerlo son detener a todos los policías del municipio", señaló la misma fuente, si bien otros 120 siguen en funciones.

Con apoyo de dos helicópteros y por sorpresa, agentes del estado, gobernado por el conservador Partido Acción Nacional (PAN), aparecieron en Acámbaro, controlado por el izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), y tomaron el martes el control de la zona, ubicada en el sur de Guanajuato, y vecina a Michoacán.

"Han ido paulatinamente liberando a algunos de los funcionarios públicos, de manera que no tenemos hasta ahora el recuento de cuántos están libres y cuántos no. No lo sabemos", comentó la funcionaria.

El alcalde del municipio, Gerardo Silva Campos, ofrecerá una rueda de prensa para valorar la situación y señalar su molestia pública por lo sucedido.

Acámbaro, de los municipios más seguros

"Acámbaro se encuentra entre los diez municipios más seguros de Guanajuato (...) Realmente no hay problemas de delincuencia, hay crimen organizado porque estamos muy cerca de Michoacán, pero nos parece bastante innecesario lo que se hizo ayer aquí", agregó Rubio.

La portavoz de ese municipio, de unos 150,000 habitantes, afirmó que jamás se han opuesto a los exámenes de confianza realizados por las autoridades, pero consideraron que el modo de hacerlo fue "muy aparatoso" e "innecesario también".

Recordó que hace dos semanas el municipio recibió los resultados de exámenes de confianza hechos a sus agentes, en los que "de los 180 o 200 elementos examinados, solamente dos personas resultaron con balance negativo".

"Son un factor para tomar decisiones. La ley no te dice que al que no sale bien en esos exámenes tengas que despedirle en automático", recordó.

En estos momentos la policía de Guanajuato ha tomado el mando de la actividad de Protección Civil, de Tránsito y de Seguridad Pública municipal, sin que el municipio conozca hasta cuándo continuará esta situación.

El pasado 29 de abril fueron arrestados 23 policías en el vecino municipio de Tarandacuao por sus presuntos nexos con el cártel de La Familia Michoacana, en una operación de similares características a la lanzada ayer.

Slim alentó invertir en México a pesar del narcotráfico

Slim alentó invertir en México a pesar del narcotráfico

Slim

"Creo que el que ya está en México y no invierte se rezaga respecto a los otros" porque cree que el país "va probablemente a superar problemas en el tiempo", dijo Slim.

- Getty Images
Carlos Slim otra vez el más rico del mundo

VIDEO Carlos Slim otra vez el más rico del mu.. - Univision

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Forbes 2011

FOTO Los más ricos del mundo

The Associated Press

Inversión: clave para Latinoamérica

NUEVA YORK - El problema del narcotráfico en México no debe impedir que los empresarios sigan invirtiendo, dijo el viernes el empresario mexicano Carlos Slim, quien destacó que la inversión es la clave para el desarrollo en Latinoamérica.

"Independientemente de lo que esté pasando, el que no invierta se va a quedar atrás. Yo creo que, en los países, cuando coyunturalmente están atravesando momentos difíciles, de un tipo o de otro, el que frene sus inversiones se rezaga. No deben este tipo de situaciones obstruir el que se siga invirtiendo, y el caso de México no es una excepción, al revés", dijo el magnate.

Slim habló a periodistas antes de participar en la cuarta edición del Foro Ministerial de Desarrollo que se celebró el viernes y sábado en la sede de Naciones Unidas en Nueva York.

Más de 30 ministros y autoridades de 16 países latinoamericanos se reunieron durante la cumbre para analizar cómo el gobierno y el sector privado pueden reducir las desigualdades e impulsar el desarrollo sostenible en Latinoamérica.

"Creo que el que ya está en México y no invierte se rezaga respecto a los otros": Slim

Slim dijo que a pesar del problema del narcotráfico en países como el suyo, el sector privado ha de concentrarse en invertir y en fomentar el desarrollo de capital humano en campos como la salud, la educación o la nutrición.

"Creo que el que ya está en México y no invierte se rezaga respecto a los otros" porque cree que el país "va probablemente a superar problemas en el tiempo", dijo Slim.

El considerado hombre más rico del mundo no quiso comentar sobre la denominada "Marcha por la Paz", convocada por el poeta Javier Sicilia, para exigir el fin de la violencia en el país. "No hay relación con lo que estamos hablando", respondió.

Los asesinatos atribuidos al crimen organizado en México superan los 34,600 desde diciembre del 2006, época en que el presidente Felipe Calderón lanzó una ofensiva contra los carteles de las drogas.

Slim dijo que Latinoamérica representa ahora una nueva civilización con paradigmas diferentes, opuestos a las sociedades agrícolas, donde una nueva generación requiere niveles educativos muy altos.

"Esta nueva civilización se sustenta en el bienestar de los demás. Para que pueda haber desarrollo lo importante es los demás estén mejor, que los demás tengan buena salud, que los demás tengan buena educación, buenos ingresos, salarios. Y que conforme las personas van saliendo del autoconsumo, de la pobreza, y se van incorporando a la modernidad, y se van incorporando a la economía, el crecimiento se sustenta y se acelera," dijo Slim.

Competencia es "fundamental para el desarrollo"

La revista Forbes volvió a denominar en marzo al magnate de las telecomunicaciones como el hombre más rico del mundo, calculando su fortuna en $74,000 millones.

Slim dijo que los países han superado las barreras del subdesarrollo cuando llegan a un cierto nivel de ingreso por cápita, que puede ser de $8 mil a $10 mil por cápita. Chile, Colombia, Argentina o Brasil han llegado a ese nivel, señaló.

"Es difícil que eso se revierta y se vuelva atrás. No hay una regresión al subdesarrollo. Además se empieza a desarrollar una clase media muy amplia", indicó.

El empresario dijo que la competencia es algo "fundamental en el desarrollo" y que sus empresas han competido siempre con gigantes de las telecomunicaciones. No obstante, su compañía de telefonía móvil mexicana Telcel recibió una multa de $1,000 millones de la Comisión Federal de Competencia por hallar que realiza prácticas monopólicas. Slim dijo que apelará esa sanción.

"Lo que más orgullo nos da es que hemos logrado que en América Latina la penetración de la telefonía móvil sea ya del 95 por ciento. Es una media igual a la de Estados Unidos, mayor que la de Canadá", expresó.

Conocer el New Deal en frío

Conocer el New Deal en frío

Por Thomas E. Woods, Jr.

Las discusiones de economía, especialmente en tiempos de crisis, a menudo se presentan en forma de lecciones que supuestamente aprendimos durante la Depresión de la década de 1930. Si no queremos soportar de nuevo tiempos terribles como ésos, se nos dice, debemos apoyar cualquier forma de intervensionismo estatal se esté vendiendo. La Depresión se supone que es la Prueba nº 1 de la supuesta inestabilidad del libre mercado dejado a sus propios mecanismos, mientras que el ew Deal representa el indispensable poder correctivo del estado.

Por eso es tan esencial para quienes creen en una economía libre conocer en frío esta historia, y conocerla mejor que nadie. Entender las verdaderas causas de la Depresión, así como la realidad económica de Estados Unidos en la década de 1930 es un ingrediente esencial en la educación económica e histórica de cualquiera.

Cada parte en este debate, la del libre mercado y la intervencionista, tienen sus argumentos. En mi curso de otoño para la Academia Mises “The New Deal: History, Economics, and Law”, mi objetivo es sumergir a la gente en esta impiortante historia y ofrecer el tipo de trasfondo que pocos estadounidenses tienen, pero todos necesitamos.

Empezaremos con la economía en la década de 1920, la Reserva Federal y el crash del mercado bursátil. A partir de ahí, nos ocuparemos de la respuesta de Herbert Hoover a la Depresión. Se nos dijo que Hoover hizo que sus prejuicios de laissez faire se interpusieran ante las intervenciones que habrían detenido la crisis. Los historiadores modernos están menos dispuestos a repetir esa versión de las cosas, al menos no sin importantes advertencias, y ante todo los estudiosos del libre mercado nunca lo creyeron. Veremos sistemáticamente el desempeño de Hoover.

Después nos ocuparemos del New Deal, la serie de programas que apoyó Franklin Roosevelt con el fin de luchar contra la Depresión. El New Deal ha sido descrito por algunos autores como un aplastante éxito y por otros como un lúgubre fracaso. ¿Qué evidencias hay para estas afirmaciones? ¿Qué bando tiene razón? Veremos todos los grandes programas y agencias del New Deal, así como las estadísticas económicas relevantes de la década de 1930, para responder a estas preguntas.

También nos tomaremos un tiempo para comentar acerca de la Corte Suprema, tanto de las decisiones que inicialmente derribaron mucho del New Deal, como de las posteriores que lo apoyaron. Ustedes harán lo que casi ningún estudiante de posgrado hace nunca y leerán el texto de las propias sentencias.

El curso también cubrirá las consecuencias económicas de la Segunda Guerra Mundial. ¿Acabó, en efecto, la guerra con la Depresión? Si no, ¿cuáles fueron sus efectos?

Probablemente cada lunes por la noche hablaré una hora aproximadamente (pero la haré tan entretenida como sea posible, así que no advertirán el paso del tiempo) y luego responderé a preguntas durante 30 minutos. Después, me quedaré un poco más de tiempo para hablar acerca de cualquier otra cosa, relacionada o no con el curso, que la gente quiera discutir.

Leeremos la obra de historiadores y economistas profesionales, así como los escritos de contemporáneos importantes pero olvidados. Todas las lecturas del curso están disponibles en línea gratis.

El curso no requiere ningún conocimiento previo: empezaremos desde cero. Pero al final, podrán esperar tener, no sólo un puñado de cosas de las que hablar, sino una base sustancial en el que tal vez sea el episodio más importante de la historia económica estadounidense, cuyo legado ideológico persiste hasta hoy.

Soportes ideológicos de la “Gran Sociedad”

Soportes ideológicos de la “Gran Sociedad”

Por Robert Higgs

El aumento de las intervenciones económicas federales que se produjo durante la presidencia de Lyndon B. Johnson (la muy publicitada Gran Sociedad, cuya pieza central era la Guerra contra la Pobreza) difería de los cuatro aumentos precedentes, cada uno de ellos suscitado por la guerra o la depresión económica. No había ninguna emergencia nacional cuando Johnson asumió el cargo tras el asesinato de John F. Kennedy el 22 de noviembre de 1963. La nación no estaba inmersa en ninguna guerra importante y la economía estaba arreglándose tras la suave recesión de 1960-61. En su mayor parte, la Gran Sociedad sencillamente representaba, la culminación de los desarrollos económicos, políticos e intelectuales que se remontaban hasta el siglo XIX.

Después del armisticio de la Guerra de Corea del 27 de julio de 1953, Estados Unidos había disfrutado de una década de tregua en el rápido crecimiento del poder público sobre asuntos económicos. Los controles de salarios, precios y producción de tiempo de guerra cayeron en desuso, aunque permanecía la autoridad para reinstaurar los controles de producción. No se aplicaron grandes extensiones del los controles económicos del gobierno. El gran gobierno no desapareció, por supuesto: muchas de las instituciones y otras intervenciones puestas en marcha en las décadas de 1930 y 1940 seguían existiendo. Pero lo hombres de negocios, de acuerdo con el economista Herbert Stein, “habían aprendido a convivir y aceptar la mayoría de las regulaciones”. El gasto público, especialmente en prestaciones de la Seguridad Social, aumentaba poco a poco. Sin embargo, en general, las administraciones Eisenhower y Kennedy fueron plácidas en comparación con sus inmediatos predecesores y sucesores.

Sin embargo, bajo Johnson la intrusión del gobierno federal en la vida económica aumento enormemente. Los acontecimientos principales incluyen la aprobación de la Ley de Derechos Civiles de 1964, la Ley de Oportunidad Económica de 1964, la Ley de Vales de Comida de 1964, la Ley de Educación Elemental y Secundaria de 1965 y las Enmiendas a la Seguridad Social de 1965 (creando Medicare y Medicaid), así como el establecimiento de la Oficina de Oportunidad Económica (para supervisar programas como ISTA, Job Corps, el Community Action Program y Head Start), las Agencias de Acción de la Comunidad y muchas otras entidades que promovían aparentemente la salud, educación, formación y bienestar de la gente pobre. Además se adoptaron medidas económicas regulatorias de amplio calado en relación con la seguridad en el tráfico, las minas de carbón y los productos de consumo, la discriminación por edad en el empleo, la veracidad en el préstamo y otras áreas.

¿Qué ocurre para que se produzca esta múltiple explosión? ¿Tienen sus distintos elementos un denominador común? Algunos investigadores apuntan a un desarrollo intelectual al que Stein apoda “galbraithianismo”, por su principal divulgador John Kenneth Galbraith: una vaga recopilación de análisis económicos y evaluaciones hostiles al libre mercado e inclinadas hacía mayores controles públicos. “No había”, dice Stein, “ninguna demanda de un sistema económico nuevo y diferente” en la visión galbraithiana. Más bien

la defensa ideológica del viejo sistema, el libre mercado, el sistema capitalista se pinchaba mediante la demostración de excepciones a sus reglas y afirmaciones generales y esto abría una vía para intervenciones y medidas políticas concretas de redistribución de riqueza sin ningún límite visible.

Los argumentos y actitudes del galbraithianismo ganaron fuerza por una concepción que se extendía de que la economía de EEUU continuaría creciendo siempre a un ritmo bastante alto, permitiendo así que pudieran financiarse fácilmente programas públicos nuevos y costosos apropiándose del “dividendo creciente”.

La descripción del economista Henry Aaron del clima de opinión en la década de 1960 está esencialmente de acuerdo con la de Stein. Aaron remonta a crisis previas el galbraithianismo ampliamente aceptado:

La fe en la acción del gobierno, abrazada desde hace tiempo por los reformistas y extendida a las masas de la población por la depresión y la guerra, logró una expresión política en la década de 1960. Esta fe se aplicó a problemas sociales y económicos, cuya percepción venía determinada por actitudes populares simplistas e ingenuas y por los crudos análisis de los sociólogos.

Al mismo tiempo, una llamada Nueva Clase (compuesta de científicos, abogados y jueces, planificadores urbanos, trabajadores sociales, profesores, criminólogos, médicos de la sanidad pública, periodistas, editores y comentaristas en los medios de comunicación, entre otros) veía a los nuevos programas públicos como válvulas de escape para su “idealismo” y como oportunidades para tener éxito haciendo el bien. Así que una multitud de intelectuales y pseudointelectuales de izquierdas dieron un importante liderazgo, apoyo y voz al aumento del gobierno de los años de Johnson.

Otros desarrollos político más prosaicos también desempeñaron u papel importante. Lyndon Johnson, que había empezado su carrera política como newdealer y duro negociador en Texas, no solo poseía una ambición sin límites sino asimismo agudos instintos y habilidades políticas: sabía cómo dirigir al Congreso en la dirección que quería. Además, las elecciones de 1964 dieron a los demócratas enormes mayoría en ambas cámaras del Congreso y llevaron al poder a un grupo extraordinariamente izquierdista de nuevos legisladores. De acuerdo con Aaron, “Ninguna administración desde la primera de Franklin Roosevelt había operado sujeto a menos limitaciones políticas que la del Presidente Johnson”.

Las formas concretas que adoptó la Gran Sociedad reflejaban la creciente diversidad de animales en la jungla política. Mientras cabilderos veteranos de empresas, sindicatos, agricultores y ganaderos y grupos profesionales de clase media continuaban operando, se organizaron y obtuvieron influencia política muchos nuevos grupos de intereses a favor de mujeres, indios, chicanos, estudiantes, homosexuales, discapacitados, ancianos y muchos otros, ninguno de los cuales se había visto directamente representado como tales en un grado importante en la política de EEUU. Estos grupos reclamaban que el gobierno federal resolviera diversos problemas raciales, urbanos, laborales y de consumo, reales e imaginarios.

El galbraithianismo, el marxismo y otras variedades de análisis crítico socioeconómico también ayudaron a justificar el desplazamiento de los entusiasmos pacifistas y a favor de los derechos civiles hacia una serie de causas antimercado, dando lugar a un mayor apoyo a las regulaciones medioambientales, de consumo y de riesgo cero. Ningún problema social o económico percibido parecía fuera de lugar en este nuevo entorno político lleno de cacofonías.

Aunque la Gran Sociedad estableció nuevos poderes y agencias federales críticamente importantes, no hizo que el gasto interno federal aumentara tremendamente en un primer momento. Podría haberse visto una señal portentosa, sin embargo, en la rápida aceleración de los pagos de transferencias federales, que aumentaron de 34.200 millones de dólares en 1963 a 65.500 millones en 1969. Con el tiempo, esta locomotora fue ganando cada vez más velocidad. De acuerdo con Michael D. Tanner, del Instituto Cato, entre 1963 y 2010 “el gobierno federal, gastó más de 13 billones de dólares luchando contra la pobreza”.

Hoy casi todos reconocen que los programas federales, coronados por los enormemente costosos sistemas sanitarios que engendró la Gran Sociedad, han prometido prestaciones mucho mayores de las que el gobierno puede financiar y que por tanto muchas de estas prestaciones tendrán que recortarse, a pesar de la furia política que dichos recortes producirán indudablemente. Este inminente tumulto sociopolítico representa uno de los frutos más amargos de la Gran Sociedad.

Globalizados y desglobalizados

Globalizados y desglobalizados

Fuente: elaboración propia en base a CEPAL.


Hace un par de décadas que se habla del término “globalización”. ¿Qué significa? Creo que la mejor manera de definir este término es el siguiente: es un proceso por el cual las barreras artificiales y naturales en el flujo de factores de producción y bienes y servicios finales van disminuyendo. Como ya mencionaba Adam Smith hace más de 230 años la mayor división del trabajo permite mayores intercambios y así un mejor nivel de vida. Pero para que tenga sentido la especialización debe liberarse el intercambio, reduciendose las barreras al mismo. Es decir, no hay división del trabajo sin menores barreras al intercambio y viceversa. Es un círculo virtuoso.

En realidad esto que hoy llamamos globalización es un proceso que comenzó hace miles de años, con altibajos, en el planeta Tierra: primero fue entre los mismos individuos que pertenecían a la misma tribu y así se fue ampliando hasta terminar en lo que hoy tenemos. Millones de individuos en todo el planeta que realizan intercambios de bienes, servicios y capitales las 24 horas del día. Claro que algunos individuos no se han incorporado o lo han hecho muy limitadamente a este proceso. Y la razón por la cual no lo han hecho básicamente es por las barreras artificiales que imponen sus propios gobiernos: aranceles a las importaciones, derechos de exportación, cupos, cuotas, prohibiciones, etc.

En el cuadro de arriba podemos observar la participación porcentual de las regiones y/o países del mundo en la producción mundial en los últimos dos siglos aproximadamente. Pertenece a un trabajo de la CEPAL con datos fundamentalmente tomados de Angus Maddison, que es un investigador que se ocupa de estimar la producción y los ingresos per cápita a lo largo de los siglos. ¿Qué nos muestran estos datos? Los resultados de la famosa globalización: aquellos Estados que han permitido incorporar a sus habitantes al proceso mencionado han logrado que sus economías logren mayor participación en el total de producción mundial. Todas las regiones han crecido en términos de producción, pero hay regiones estancadas en lo relativo a la participación como áfrica o América Latina, regiones que prácticamente han duplicado su participación en la producción mundial como Asia y otras que han perdido participación como los países de Europa occidental y sus “retoños” (EEUU, Canadá, Nueva Zelanda y Australia). Tengamos en cuenta que en el siglo XIX fueron las regiones de Europa occidental y algunas de sus ex colonias (las británicas fundamentalmente) las que primero se incorporaron al proceso “globalizador”. áfrica y América Latina, de haberse incorporado con mayor intensidad a dicho proceso deberían haber incrementado su participación en la producción, como sí lo han hecho Asia y Japón en las últimas décadas.

El hijo bastardo de la prosperidad

El hijo bastardo de la prosperidad

por guido

El ex presidente uruguayo Sanguinetti dijo en una entrevista por radio que escuché hace un tiempo: el populismo es el hijo bastardo de la prosperidad. ¿Qué quería decir? Que esta “sistema de gestión” que es el populismo se nutre de una situación económica positiva. Vamos por partes, para entender un poco más el asunto. Cuando usualmente se habla de populismo suele referirse a él en estos términos para definirlo: “pan para hoy y hambre para mañana”. Esto significa que los gobiernos que siguen la senda del populismo son aquellos que no generan las condiciones adecuadas para que las personas le encuentren sentido a ahorrar e invertir en el país y de esa manera incrementar la productividad, los salarios reales, etc. Lo que hacen, por el contrario, es ejecutar políticas de redistribución de ingresos y patrimonios vía el poder coactivo del Estado para satisfacer a sectores amigos: sindicatos, empresarios, grupos “desprotegidos”, etc, etc. Algunos ejemplos de estas políticas: controles de precios como pueden ser precios máximos para alimentos, alquileres de vivienda, combustibles; subsidios múltiples a grupos identificados por el gobierno como “necesitados”; créditos “blandos” a empresarios nacionales a través de bancos estatales; nuevas contribuciones obligatorias de los empresarios a los sindicatos para financiar las arcas de estas organizaciones.

Recordemos que en el 99% de los casos, el gasto público es un mecanismo de redistribución por excelencia, recursos extraídos a la los sectores productivos que van a parar a otros sectores . Hay aportantes netos y beneficiarios netos. Si a esta situación inherente al proceso político le sumamos el condimento del populismo entonces nos encontramos con un Santa Claus potenciado, “reloaded” dirían los angloparlantes. ¿Por qué, entonces, decimos que las políticas populistas son de corto plazo? Porque en aquellas los políticos se dedican a repartir recursos, ajenos, generando de esa manera un consumo del capital productivo de la sociedad, aumentando el consumo presente pero condenando a las personas a tener que pagar la “fiesta” en el futuro mediante una menor productividad (fruto de aquel consumo de capital en el presente) y menores salarios. Pongamos el ejemplo del control de alquileres: en este caso se beneficia al inquilino fijándole un precio máximo al pago al dueño del inmueble; como consecuencia de la inflación, la renta en términos reales va disminuyendo año tras año, perjudicando así al dueño del activo. De esta manera se produce una transferencia coactiva de recursos desde el propietario al que alquila el inmueble, generando menores incentivos a construir nuevas viviendas para alquilar o inversiones para mantener en buen estado los inmuebles existentes. Ergo, la menor oferta de viviendas en alquiler va provocando un faltante de este producto en el mediano y largo plazo. El futuro inquilino termina pagando la “fiesta” también por las menores alternativas que tendrá para alquilar. El populismo es una política de “patas cortas”. Es una “fiesta” de consumo que alguien tendrá que pagar en el futuro, porque nada o poquísimas cosas son gratis en el mundo. Por eso las sociedades que han tenido estas experiencias populistas corren con un costo de oportunidad enorme en términos de crecimiento económico.

Algunos casos últimos que podemos mencionar son aquellas naciones latinoamericanas que, gracias al contexto internacional ultra favorable de los últimos 6 o 7 años, han tenido y tienen gobiernos populistas. Venezuela, Ecuador, Bolivia y Argentina son casos muy notorios. Los altísimos precios de sus productos más importantes de exportación les ha permitido a estos gobiernos aumentar sus recursos tributarios a niveles récord. La bolsa de Santa Claus se llena, gracias a esta situación internacional, y el reparto estatal redistributivo se incrementa exponencialmente.

Pongamos el caso argentino. Entre 1993 y 1999 la recaudación del gobierno nacional alcanzó unos 45 mil millones de dólares promedio anuales. Entre 2004 y 2010 el ingreso tributario del gobierno central llegó a un promedio anual de 65 mil millones de dólares. Es decir, 20 mil millones de dólares más por año para ser repartidos por los políticos. El gasto público en Argentina hoy es 4 veces mayor en dólares que en el año 2002 (160 mil millones versus 40 mil millones). No hay que dejar de mencionar que en la década del noventa la emisión monetaria como fuente de financiamiento del gasto público estaba prohibida, prácticamente, por ley. Hoy en día dicha restricción ya no existe y es por eso que desde el 2002 hasta hoy, la base monetaria se ha multiplicado casi por 10 (desde 15 mil millones de pesos a los 140 mil millones). En consecuencia, hoy en día, la Argentina se ubica dentro de los primeros lugares del planeta en materia inflacionaria (en primer lugar se ubica Venezuela, luego Argentina). Mientras que los años noventa la inflación prácticamente fue eliminada (entre 1993 y 2001 los precios acumulados crecieron 10%, es decir a una tasa del 1% anual aproximadamente) en los últimos cuatro años ha regresado y fuertemente (en los últimos 4 años se duplicaron los precios al consumidor).

Para cerrar. Dijimos que las políticas populistas consumen el capital, condenando a las sociedades a menores tasas de capitalización, productividad y salarios en el futuro. Un ejemplo que grafica esto es la inversión extranjera directa que ingresa a los países. Según la CEPAL entre el año 2009 y el promedio de los años 2000/2005 el ingreso de capitales directos creció un 35% en Brasil, 160% en Chile, 200% en Perú y Uruguay. Para el mismo período en Argentina subió solamente un 14%; en Venezuela bajó de un ingreso neto de 2,500 millones de dólares anuales a una salida de capitales de 3,100 millones por año; en Ecuador se redujo el ingreso de 840 millones a los 310 millones; y en Bolivia prácticamente se encuentra estancado (de 350 millones anuales a los 420 millones). El populismo económico sólo se ha sostenido en estos países gracias a la exuberancia que han registrado los precios de exportación de sus principales productos: petróleo, gas, cereales. Y esto gracias, en parte, a la política monetaria expansiva del banco central de los EEUU (Federal Reserve) que ha permitido que estos precios en el mundo suban más que otros.

Bin Laden-nomics

Bin Laden-nomics

por guido

Hace una semana el presidente de los EEUU anunciaba la muerte, a manos de fuerzas especiales del país, del terrorista Bin Laden. Como se suele decir, “ríos de tinta” han corrido en los medios de prensa comentando y analizando el hecho. Ahora yo quiero reflexionar sobre las consecuencias económicas de este suceso. Según las últimas encuestas el presidente Obama ha ganado unos puntos porcentuales de aprobación entre los norteamericanos, como consecuencia de la operación militar contra Osama Bin Laden. Faltan todavía unos 18 meses hasta las próximas elecciones presidenciales y, de mantenerse este escenario, la reelección presidencial estaría asegurada. Bajo este escenario, que puede ir consolidándose, una de las preguntas que quizás habría que hacerse es: ¿qué efectos tiene sobre la economía norteamericana y mundial el impulso que la muerte de Bin Laden le ha dado al actual presidente Obama? Hasta ahora el presidente Obama, como consecuencia de haber sufrido una paliza en las elecciones de medio término, había tomado nota de algunas dificultades que tenía la economía de su país: incremento excesivo del gasto público, “explosión” de la deuda pública y expansión monetaria que comienza a tener efectos significativos sobre los precios locales y mundiales.

Entonces, si el presidente Obama cree que ya tiene asegurada la reelección, ¿se profundizarían las medidas en el sentido de realizar algún ajuste fiscal importante? ¿O el presidente Obama cree que se puede mantener la actual dirección de descontrol fiscal y monetario sin afectar sus posibilidades reeleccionarias? No sabemos qué piensa Obama. Pero sí sabemos qué puede suceder si el gasto público, la deuda y la expansión monetaria no son corregidos. En parte la cuestión depende, en el corto plazo, de la percepción que tenga la ciudadanía hacia estos problemas. La muerte de Osama Bin Laden aún tiene efectos sobre el espíritu nacional norteamericano. Pero se irá adormeciendo y apagando con el correr de los meses. A contramano, el descontrol fiscal y monetario irá ganando cada vez más importancia en la vida diaria de los habitantes de EEUU. Pero como en política la acción de los principales actores está más orientada a una preferencia temporal de corto plazo quizás el impacto de la muerte del terrorista le sirva a Obama para ganar la reelección. Pero esto no eliminará los problemas que, más tarde o más temprano, tendrá que enfrentar el gobierno de los EEUU. Entendiendo el gobierno como la sumatoria de los tres poderes (ejecutivo, legislativo y judicial).

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